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El propietario del inmueble donde funciona el Centro Alegría, barrio La Victoria, impuso una fecha límite: mes de junio. Cerca de cien personas que comparten allí los sueños, anécdotas, recuerdos, las danzas folclóricas, las actividades del buen vivir, desean sostener ese tejido humano que tiene una década y media de existencia. Por esa razón fundante se acercaron al Presidente de la Nación cuando visitó las obras en nuestro distrito. Le exhibieron lo escrito en una cartulina amarilla como si fuera un documento histórico, de puño y letra, de nuestros adultos mayores:

Beba, quien le habló al señor Presidente de la Nación, es la primera en describir un presente que no puede ni debe tener final incierto:

¿Cómo es la situación?

Bueno en este momento ya nos apuran los tiempos porque se nos termina el contrato, no llegamos a lo que pide para venderlo, él quiere vender porque necesita, porque es dueño, porque no quiere seguir con esto. Si no realiza la venta nos renovaría con otras condiciones que quizás nosotros no podamos llegar tampoco. La Municipalidad nos dice si podemos conseguir un terreno pero no hay en esta zona. Tampoco hay para alquilar. Hace 15 años que estamos acá, tenemos muchas cosas, de pronto preparado para 100 personas, imposible movernos a un lugar chiquito, tiene que ser una cosa así.

¿Es algo inesperado lo que ocurre, ¿es la finalización del contrato?

No, a nosotros se nos terminaba y lo venía anunciando. Nosotros estamos luchando desde hace mucho tiempo pero tocamos a todos.

Claro, si no es algo inesperado, ¿con quienes hablaron? Porque la carta al presidente de la Nación es ayúdennos, estamos buscando una respuesta pero no aparece

En realidad el primer contacto lo tenemos ahora con el Presidente. Sí mandamos a la municipalidad, si mandamos a distintos políticos, a las radios, la televisión, a Santiago Maratea, a todos lados, a donde conoce la gente más joven fueron cartas realmente…

¿Y cuándo se tendrían que ir?

En junio se nos termina el contrato.

Y la opción para continuar es que les aumenta el alquiler porque comprar no se puede de ninguna manera

Nosotros no, si no nos ayudan nosotros no, lo que piden es imposible para nosotros, nada, no contamos ni con el principio, con un millón no contamos, así que no.

Me parece importante que se pueda contar qué se hace aquí, no es solo un alquiler, acá circula la vida, hay identidades, vínculos, reuniones, abrazos, contención

Es todo, usted lee los carteles y hay muchas actividades, es muy lindo, te da pena.

Iris es una de las fundadoras y llama a resistir: «Son 15 años y deberían tener en cuenta las autoridades esto que decías recién, no es solamente un alquiler. La verdad que hemos pasado muchos años lindos, mucha gente apoyándonos acá, y la verdad que es una pena que suceda esto, que no tengan un poquito de consciencia de que somos gente mayor y necesitamos, hay mucha gente que viene. El domingo fue espectacular lo que pasó, increíble, fue algo maravilloso el día domingo la gente como apoyó a este centro.

¿En la carta al presidente qué le plantean? ¿Que ayude la presidencia para comprar el inmueble?

Le contamos nuestra historia y le pedimos ayuda, es el único que nos puede ayudar ya que todos tocamos tantas puertas y nadie contestó, él quedó que sí, que iba a hablarlo con la intendenta, la señora Mariel pero bueno, creo que lleva un poquito de tiempo, todavía no tenemos contestación y esperamos tenerla.

No pueden quedar en la calle

No podemos y no debemos, este es un país y tiene que representar, la persona que nos representa, el Presidente es el único que nos puede dar una mano porque ya golpeamos un montón de puertas y todo queda en la nada.