Fuente: Naturaleza de Derechos – En los últimos 10 años en Argentina, se ha verificado reducción drástica de la población de abejas.
Es algo que debería preocuparnos, ya que este drama ambiental se relaciona con el impacto del uso de mas de 500 millones de litros y agrotóxicos en el hábitat mismo de estos importantes seres vivos.
Y tenemos que ser conscientes que estamos frente a una situación de riesgo de daño grave e irreparable sobre un componente biológico noble e imprescindible para la vida en el planeta, tal como lo revela la Evaluación Temática de Polinizadores, Polinización y Producción de Alimentos, realizada en el marco de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), en el año 2016.
Ya fuimos a la justicia, junto a la SADA, Sociedad Argentina de Apilcultores para reclamar, como primer medida urgente, la revisión y cese de uso de los agrotóxicos neonicotenoides a cielo abierto, sobre los cuales hay evidencias científicas claras de que son causantes de graves daños en la salud de las abejas.
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