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«Tienen que pensar en positivo, la solución está de que se puede salir. Hay que alimentar una parte que nosotros a veces no le prestamos atención que es el yo puedo. Todos los días que le den lucha, que se puede. El yo puedo, siempre presente«. Jonatan es el autor de una frase que convoca a quienes padecen los flagelos, que no pueden salir del infierno y van cayendo en un problema de salud que se ramifica.

El Municipio de Moreno a través de la Subsecretaria Casa Pueblo desarrolló una actividad semanal en la Plaza San Martín con un mensaje inequívoco: NO A LAS DROGAS.

Dos jóvenes que comenzaron casi de niños a consumir, ahora están en la Plaza San Martín dando testimonio de la vida, la lucha emprendida y el salir de las adicciones que los iba matando lentamente:

Omar: «Estaba en un mundo complicado por muchos años, por mucho tiempo. He llegado a tomar una decisión porque en ese momento que estaba mal, que no tenía solución mi vida, me di cuenta que no estaba todo perdido. Pedí ayuda a mi papá para que me pueda dar una mano en la situación que yo estaba, que era de consumo. Fue mi papá, por intermedio de él, de mi familia, empezamos a buscar lugar dónde me podían dar una mano. Por supuesto que esto lleva tiempo, unos catorce años. Empecé a consumir a los 14 años de edad y a los 29 años tomé la decisión. Perdí muchas cosas en todos estos años. Tengo una hija que tiene 13 años y he perdido mucho tiempo de acompañarla al jardín, de una crianza por ahí de estar yo como padre presente. Me he perdido mucha gente buena que en su momento me quisieron ayudar y no les presté atención por tomar malas decisiones. Me perdí yo completamente. Ahora estoy trabajando en Casa Pueblo hace tres años con mis compañeros. Tenemos un equipo completo, ayudando a las personas que están atravesadas por la misma situación que nosotros pasamos en su momento. Estoy contento, orgulloso que con mi ejemplo y fundamento poder hablarles y ayudar a aquellas personas que necesiten salir.

Jonatan: «Es una realidad, lamentablemente hoy estamos mucho más expuestos los jóvenes al tema de las drogas duras, porque ya no están en las villas grandes, hoy en las tenemos en los barrios. Nuestra labor y lo que nosotros siempre trasmitimos desde nuestro ser y nuestra experiencia de vida es que se puede salir adelante, de que se puede vivir sin drogas y que uno no tiene que ser excluido de la sociedad. Casa Pueblo es una subsecretaria integral en la cual tratamos de abordar y acompañar a toda aquella persona que lo necesita. Es auxiliar al otro que nos necesita. Yo también comencé desde muy chico, 12/13 años, consumí hasta los 21 y hoy tengo 26 años de edad. Voy para 6 años sin consumo ni drogas ni alcohol. Los vacíos, la falta de amor, la falta de cariño, la falta de empatía. Un proyecto de vida, una meta. Es importante tener un lugar donde te esperan y te preguntan cómo estás. No el cómo estás que te dicen en la calle, el cómo estás, contame qué te pasa. Eso es lo que nos importa, porque cuando uno tiene que dejar de consumir no es dejar la droga, tiene que hacer un cambio como persona. La droga dependencia tiene un montón de actitudes que todos la tenemos, la mentira, la manipulación, el egoísmo, la falta de empatía. A los 10 años cerré los ojos y volví a abrirlos a los 21 años, con una hija de cinco años. Y hoy hace seis años que estoy sin consumo y viví un montón de cosas hermosas, un montón de experiencias. Ese sentir de estar bien y estar sano es lo más importante.