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Una vida de aportes y trabajo. Ellos y ellas, adultos mayores que mes a mes reciben la mínima como jubilación y/o pensión. Salarios que empobrecen y no completan una canasta básica. Ellos y ellas que son olvidados /as, pero se convierten en promesas durante campañas políticas. Cientos de realidades los acompañan y cobijan.

El desamparo y el destrato lo viven mes a mes. La tecnología llegó para quedarse pero no todos tienen las posibilidades de adecuarse a ellas, y la violencia tecnología se palpa, se siente, respira y vive en el Banco Superville de Moreno, ubicado en la calle Nemesio Álvarez.

Filas interminables, sin una sombra ni silla para que descansen los jubilados y jubilas de Moreno, no hay resguardo. Desde que ingresan hay destrato, filas que agotan los pies, ofrecimiento de préstamos encubiertos, falta de ayuda y colaboración a los mayores que no comprenden la tecnología, cobrar a través de la huella dactilar se ha convertido en una odisea, al igual que los cambios de fechas que no son notificados.

Usuaria de hace más de 5 años del banco Supervielle, de la calle Nemesio Álvarez, cuenta el padecimiento: “Desde la pandemia es un desastre, antes nos podíamos sentar adentro, ahora nos tienen horas haciendo filas afuera. Si no venimos acompañados, no entendemos nada”. Y agrega que, “nos cambian las fechas de cobro, yo me entere después que hice dos horas de fila, me dolían las piernas”, Esther jubilada después de años de trabajo, quién percibe el pago mínimo.

¿Alguien te ayuda de la entidad bancaria?

No, a mi me acompaña un familiar.

¿Te alcanza la jubilación?

No, y eso que no tengo que comprar remedios. La plata hoy no alcanza para nada.

¿Cómo es la atención del Supervielle?

Pésima. Las filas son larguísimas, nos morimos de calor y de frío también. No tenemos una sombra, ni una silla y menos agua porque estamos durante horas acá. También pasó que llegamos al cajero para cobrar y no había más plata, teníamos que volver otro día hacer de nuevo dos horas de fila. Es un desastre.

A quienes trabajaron una vida entera merecen respeto y acompañamiento. El destrato a ellos y ellas no debería ser la moneda mes a mes… pero con eso le pagan a nuestros abuelos y abuelas en Moreno.