Debido a los US$ 345 millones abonados este lunes al Fondo ya suman US$ 2.311 millones los destinados por el Frente de Todos para pagos al organismo internacional. La pobreza supera el 42 %, pero Alberto Fernández y Cristina Kirchner siguen poniendo en primer lugar el pago de la deuda externa.
Desde el Frente de Todos denunciaron el carácter fraudulento de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuestionaron al macrismo por comprometer el futuro de los “argentinos y argentinas”, se comprometieron a investigar y a que el costo no recaiga sobre los más necesitados, pero a la hora de pagar entregaron hasta el último dólar y afirman que van a seguir por el mismo camino. Este lunes el Gobierno destinó US$ 345 millones al FMI, acumulando US$ 2.311 millones desde su asunción el año pasado; con esos fondos se podrían haber construido 67.000 viviendas como parte de un plan integral que busque hacer frente a la crisis habitacional que afecta a millones de familias.
La deuda con el Fondo es una de las más importantes para el Estado argentino, pero es sólo una porción de la deuda externa total. Desde enero del 2020 hasta junio de 2021 fueron ejecutados US$ 6.747 millones del presupuesto nacional para el pago de préstamos con organismos internacionales y bilaterales (con otros países, como China), según los datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC). De haber desconocido la deuda externa de forma soberana, esos fondos permitirían la construcción de casi 200.000 viviendas.
En medio de una de las crisis económicas más profundas que se han vivido en la historia del país, con más del 42% de la población por debajo de la línea de pobreza, tener una vivienda digna es imposible para millones de familias; según el censo de 2010 más de 3 millones de familias no tenían casa o su hogar no cumplía con requisitos mínimos y según las estimaciones actuales la situación no ha mejorado.
La deuda externa que pegó un salto durante la última dictadura militar, está plagada de ilegalidades, implica tasas de interés imposibles de pagar y su destino principal ha sido la fuga de capitales. Este saqueo permanente ha sido convalidado por todos los gobiernos y ante la emergencia provocada por la pandemia, el Frente de Todos ha optado por profundizar el ajuste del presupuesto nacional para seguir pagándola.
A los jubilados con la nueva movilidad les recortaron $ 50.000 millones, el ajuste en los gastos en programas sociales fue del 40,8 % en el primer semestre en términos reales. En el presupuesto 2021 Martín Guzmán eliminó el IFE y no lo reemplazó por ningún instrumento de la misma magnitud.
El FMI confirmó que ampliará la cuota de los países miembros, a la Argentina le corresponden US$ 4.300 millones que llegarán el 23 de agosto. Cristina Kirchner anunció que esos fondos los utilizarán para pagarle al mismo Fondo, las primeras dos cuotas del capital de la deuda con el FMI que vencen en septiembre y diciembre suman US$ 3.735 millones. A estos se agregarán los US$ 390 millones en concepto de intereses en el mes de noviembre. Tomarán más deuda para liquidarla en pagar deuda anterior en pocos meses.
Los senadores del Frente de Todos y Cristina habían publicado una carta en febrero en la cual denunciaban como un grave problema utilizar la plata del FMI para pagarle al FMI. Pero las tensiones dentro del Gobierno fueron dejadas de lado y se encaminan a contradecir sus propias palabras. Como afirmaban en su carta “quizás haya llegado la hora de replantear la validez del conjunto de normas”, pero no para mantener la estructura actual, sino para dar vuelta las prioridades y terminar con la crisis económica, la habitacional y la pobreza.
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