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Por Sofía Hart.- Los resultados de la Encuesta Permanente de Hogares del segundo trimestre 2021, realizada por el Indec, arrojó que, una vez más, son las mujeres las que padecen las peores condiciones en el mercado laboral. La candidata a diputada nacional por el FIT-U, Romina Del Plá, se refirió a la ampliación de la brecha laboral de género indicando que “el empleo femenino es menos remunerado con los trabajos más precarios, lo que genera que el 70% de lxs pobres sean mujeres”, a la vez subrayó que “las mujeres son las más desempleadas”.

En primer lugar, la tasa de actividad, es decir, de personas que cuentan con un empleo o están buscando uno, es del 48,4% (6 décimas menos que en el primer trimestre 2021) para las mujeres y del 69,1% para los varones. Esta diferencia se amplía si reparamos en la franja etaria de 14 a 29 años: dentro de este grupo poblacional la tasa de actividad de las mujeres es del 39,2% y del 51,3% para los varones. Por otro lado, este indicador alcanza el 67,2% para las mujeres entre 30 y 64 años, mientras que es del 90,9% entre los varones incluidos en ese rango de edad. La menor participación de las mujeres en el mercado laboral está relacionada con que la población femenina destina más tiempo que los varones al trabajo doméstico no remunerado, y, por lo tanto, realiza menos cantidad de horas pagas. Lo anterior es uno de los factores que explican la brecha salarial que existe entre los géneros y es responsabilidad exclusiva de los sucesivos gobiernos, que retacean recursos para la puesta en pie de dispositivos tendientes a socializar las tareas de cuidado, como centros de desarrollo infantil, doble escolaridad en la escuela pública, etc.

Si observamos la tasa de empleo, que mide el porcentaje de la población ocupada sobre el total, constatamos que los niveles más bajos están reservados para las mujeres. La tasa de empleo femenina es del 43,4% y la de los varones es del 62,9%; además, mientras que la primera se recompuso un 7,8% en relación al segundo trimestre del año pasado -en plena primera ola de la pandemia-, la segunda lo hizo en un 12,3%, lo que revela que la lenta recuperación del empleo fue mayor para los varones que para las mujeres. Dentro mujeres entre 14 y 29 años, recrudece esta realidad ya que la tasa de empleo llega apenas al 30,4%, mientras que asciende al 43% entre los varones de esa franja etaria. La brecha de todos modos persiste entre las personas de 30 a 64 años: en este caso, la tasa de empleo es del 62,6% para las mujeres y del 84,7% para los varones.

Por otra parte, la recuperación del empleo para las mujeres jóvenes fue del 9,1% en relación al segundo trimestre 2020 y del 12,2% en el caso de los varones jóvenes. Otro dato contundente, es que la desigualdad de género en este punto se agudizó en relación al tercer trimestre 2020: si la tasa de empleo masculina era 18,3% puntos superior a la tasa de empleo de las mujeres en ese entonces, ahora la brecha entre ambas es del 19,5%. Como se ve, la falta de trabajo golpea de lleno a la clase obrera en general y al colectivo femenino en particular.

Yendo a la tasa de desocupación, la cual solo tiene en cuanta para su medición a aquellas personas desempleadas que buscan trabajo activamente -excluyendo así a los desocupados que cesaron su búsqueda ante la falta de oferta laboral-, la misma se ubica en el 10,4% en el caso de las mujeres y en el 9% para los varones. El escenario es todavía más hostil para la juventud, considerando que entre los 14 y 29 años la tasa de desocupación escala al 22% en el caso de las mujeres y al 16,1% en el caso de los varones.

El informe en cuestión también revela esta asimetría imperante cuando señala que la tasa general del empleo del 41,5%, cifra de por sí baja, contempla a un 17,77% de mujeres y a un 23,8% de varones. Por su parte, la tasa de desocupación del 9,6% en total se divide en un 4,4% de mujeres y un 5,1% de varones. A su vez, las mujeres representan el 42,8% de la población ocupada, y, los varones, el 57,3% restante.

Este repaso es concluyente acerca del fracaso de quienes nos gobernaron y gobiernan a la hora de generar puestos de trabajo. No solo abonan a la destrucción del empleo a través de sus políticas propatronales, sino que además, perpetúan los estereotipos de género que conducen a la discriminación que sufren las mujeres en el mercado laboral; en definitiva, las cifras mencionadas anteriormente demuestran que son las trabajadoras de este país las primeras en ser despedidas, las últimas en ser contratadas y las más precarizadas. El gobierno actual, a pesar de que sus funcionarias hagan demagogia con el punto, no se propone revertir la brecha de género laboral; por el contrario, la profundiza por medio de sus medidas antipopulares. En definitiva, el oficialismo y la oposición patronal desdeñan las demandas de las mujeres y de la población trabajadora en su conjunto para cumplir con los mandamientos del FMI y la clase capitalista.

En relación al cuadro descripto, Romina Del Plá manifestó: “está claro que vivir así no se aguanta más, es el resultado del ajuste de Alberto Fernández y la oposición derechista (…). Necesitamos trabajo genuino, salarios de $100 mil y romper con el FMI”. “Este programa es el que levanta el Frente de Izquierda Unidad y solo puede ser llevado adelante por los trabajadores” concluyó.