DESDE ABAJO… DEBE CRECER –
Multitudes recorren las calles de Moreno. Están encolumnadas en las imágenes y nombres de Sandra y Rubén, dos trabajadores públicos que murieron en la escuela N° 49. Desde ese fatal momento, se despierta el o un comprender qué es y hace el Estado. Los riesgos tantas veces elevados a las corrientes institucionales tuvieron una explosión que hacen visible la violencia estatal. Allí está la sustancia que debe crecer con prisa y sin pausa. Es ese transitar, soportar y naturalizar de todos los días lo que ingresó en conflicto, lo que no debería frenarse por alguien ni por nadie, alcance a quien alcance, en cualquier ámbito y lugar.
En cada marcha, antes de las muertes de Sandra y Rubén, pero en forma más categórica tras los crimenes de ellos, las palabras y testimonios que dan docentes y directivos de muchas escuelas del distrito revelan el modo en que el Estado aplica su política educativa. Hay coincidencia en las descripciones, semejanza en los hechos e igualdad en las consecuencias que tamaña violencia deja como resultado.
Decir Basta y hacer carne el NO, ya excede a los protocolos vigentes y la responsabilidad añadida a algunos protagonistas que tienen peso jerárquico. Madres, padres, vecinos /as, alumnas /os, están en condiciones de cerrar una escuela cuando el riesgo ya es insoportable violento. Es un derecho natural que garantiza la vida cuando los normas, disposiciones y resoluciones, relativizan las consecuencias porque éstas no son evaluadas en el contexto cotidiano en que maestras, /os deben dar clases.
El quiebre, por lo tanto, no será en contra de ese compromiso heroico que adoptan hombres y mujeres que sostiene de pie la escuela pública sino a favor de otro modo de enfrentar y defenderse de la violencia institucional que pergeñan las mentes brillantes.
Tal vez tenga utilidad en clave de propuesta, preguntarnos si después de las muertes de Sandra y Rubén, una escuela debe sostener las clases cuando:
1- Alguna o varias paredes están electrificadas.
2- Si existen pérdidas de gas.
3- Si una parte o el techo completo está en riesgo de derrumbe.
4- Si los espacios de aprendizaje o enseñanza son calderas o heladeras, de acuerdo a las estaciones climáticas y la inexistente inversión (falta de vidrios y puertas en las aulas)
5- Si las filtraciones corren como cataratas por alguna pared.
6- Si no hay bancos o mesas para todos /as alumnos /as.
7- Si los baños carecen de puertas y artefactos en condiciones normales.
8- Si los pozos se desbordan y la mierda inunda los patios que deben ser cerrados.
9- Si no hay un informe completo, actualizado y socializado con toda la comunidad educativa sobre el agua que se usa y se consume en el establecimiento.
10 – Si la comida o alimento que integra el menú escolar no cumple ni respeta los contratos confeccionados por el Consejo Escolar de Moreno con participación de las empresas proveedoras.
MÁS HISTORIAS
«Los estudiantes de la UNM tienen una capacidad de trabajo e innovación sensacional y sorprendente»
Más de 7400 nuevos aspirantes eligieron la UNM para el 2025
«Era una deuda del Municipio poder terminar este jardín comunitario que se hizo con el Fondo Educativo”