Israel volvió a bombardear este miércoles, por segundo día consecutivo, un campamento de refugiados palestinos del norte de la Franja de Gaza, que dejó «decenas» de muertos, según el movimiento islamista Hamas, y que la ONU calificó de «la última atrocidad que golpea a la población de Gaza».
El Ministerio de Salud de Hamas dijo que el nuevo ataque contra el campamento de Jabaliya, el más grande del enclave palestino, alcanzó edificios residenciales y dejó «decenas de mártires y de heridos».
Imágenes transmitidas por AFP muestran enormes destrucciones en el lugar y los socorristas aseguraron que «familias enteras» murieron en el bombardeo, aunque por el momento no existe un balance independiente del número de víctimas.
El canal de televisión Al Jazeera, uno de los pocos medios de comunicación que todavía informan desde el norte de Gaza, transmitió imágenes de la devastación que dejaron los nuevos ataques en el campamento de Jabaliya, cerca de Ciudad de Gaza.
Allí se veía a varias personas heridas, incluidos niños, siendo trasladadas a un hospital cercano, con escenas casi idénticas a las del día anterior, de decenas de hombres excavando entre los escombros de edificios de varios pisos demolidos, en busca de sobrevivientes.
Hamas dijo que en el ataque de este martes murieron unas 50 personas.
En tanto Israel aseguró que los bombardeos del martes mataron a decenas de milicianos de Hamas, incluido un alto comandante que estuvo involucrado en el sangriento ataque del 7 de octubre en Israel, que desató la actual escalada.
El Ejército israelí agregó que también destruyó túneles que corren debajo de los edificios y que los milicianos de Hamas usan para ocultarse y cometer ataques.
El secretario general de la ONU, António Guterres, condenó los ataques israelíes contra el campamento, declaró hoy su portavoz Stephane Dujarric.
«El secretario general está horrorizado por la escalada de violencia en Gaza, incluida la muerte de palestinos, entre ellos mujeres y niños, en ataques aéreos israelíes en zonas residenciales del campamento de refugiados de Jabaliya», expresó.
«Todas las partes deben respetar el derecho internacional humanitario, incluidos los principios de diferenciación, proporcionalidad y precaución», agregó.
El jefe de la ONU «condenó en los términos más enérgicos la muerte de civiles» y reiteró el llamado a «todas las partes para que pongan fin a esta espantosa violencia y sufrimiento» y a Hamas para que libere a los rehenes, indicó Dujarric.
La posición argentina
Argentina se sumó este miércoles a las condenas de la Unión Europea (UE), España, Arabia Saudita, Irán, así como de otros países árabes e islámicos por el ataque de la víspera.
Al respecto, el Gobierno nacional evaluó que la situación humanitaria en la región «es cada vez más alarmante», por lo que instó a que la asistencia internacional pueda ingresar a la zona de conflicto «sin restricciones y de manera urgente» para atender a la población afectada.
«Argentina ha condenado en términos inequívocos los ataques terroristas perpetrados por Hamas el pasado 7 de octubre y reconoce el derecho de Israel a su legítima defensa. Sin embargo, nada justifica la violación del derecho internacional humanitario, y la obligación de proteger a la población civil en los conflictos armados, sin realizar distinción alguna», indicó la Cancillería.
Los refugiados que habitan el campamento son aquellos palestinos, y sus descendientes, que tuvieron que dejar sus propiedades en lo que hoy es Israel cuando se creó el Estado de Israel en 1948.
Israel lanzó una ola de bombardeos en Gaza luego de que milicianos de Hamas se infiltraran en su territorio desde Gaza el 7 de octubre y mataran a más de 1.400 personas, en su mayoría civiles, además de secuestrar a más de 240 personas.
Los ataques contra la Franja dejaron, en tanto, casi 8.800 palestinos muertos, entre ellos más de 3.600 menores, según las autoridades del enclave.
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