Por Prensa Obrera /
La Cámara de Diputados de la Nación dio media sanción a una ley que blinda a los laboratorios ante eventuales juicios o demandas por los efectos que deriven de la aplicación de las vacunas contra el Covid-19. Para iniciar la comercialización sin responder por el incumplimiento de fases en la comprobación de las fórmulas, la norma establece en favor de las multinacionales farmacéuticas gozarán de cláusulas de prórroga de jurisdicción de tribunales arbitrales y judiciales extranjeros, de indemnidad patrimonial y de confidencialidad.
Lo primero es una renuncia a la inmunidad soberana, ya que fija los juicios que pudieran entablarse contra los laboratorios por perjuicios con las vacunas se diriman en los tribunales del país donde está radicada la empresa. Es decir que gozarán de los mismos beneficios de los bonistas, cuyos títulos de deuda externa están bajo legislación Nueva York, u otras plazas del capital financiero internacional.
La ley con media sanción habilita a incluir en los contratos de compra que se firmen con los laboratorios condiciones de indemnidad patrimonial, respecto de indemnizaciones y otros reclamos, en beneficio de toda la cadena de investigación, fabricación y comercialización de las vacunas. Las indemnizaciones, entonces, serán asumidas en mayor medida por el Estado.
El proyecto fue impulsado por el oficialismo contó con el acompañamiento de Cambiemos. En contraste, la diputada del Frente de Izquierda Romina Del Plá fue implacable al fundamentar su voto de rechazo. «Por supuesto que necesitamos de manera urgente una vacuna contra el coronavirus, así como necesitamos de forma urgente centralizar el sistema de salud, la realización de testeos, la provisión de equipos protección personal, volcar todos los recursos para combatir la pandemia. Es lo que venimos reclamando desde el inicio, y son medidas que no se han llevado adelante porque se han priorizado los negocios privados de la salud», alegó.
En conclusión, destacó que los intereses de los beneficiarios de esta ley son lo que «condiciona la posibilidad de enfrentar la pandemia. Hoy tenemos un récord de contagios y de fallecidos; y estamos lejos de que la curva baje». Completó a su vez manifestando que mientras tanto «coexistimos con la idea de que hay que hacer todo normal, como por ejemplo ir a las escuelas. ¡Una barbaridad!»
Del Plá continuó polemizando con quienes en el debate de la sesión hablaron de que se trata de una política de soberanía sanitaria. Contrapuso que ella «es negada por esta ley. No es una ley nacional producción vacunas, ni de promoción e inversión en investigación científica en la materia. Acá se vota que laboratorios internacionales, que hacen un negocio fenomenal incluso previo a tener la vacuna, cuenten con reaseguros para que si algo falla no tener que pagar indemnizaciones, a pesar de no controlar todos los riesgos de las etapas intermedias».
De ello, la diputada del FIT introdujo una reflexión de fondo. «Se corrobora que el capitalismo solamente defiende los criterios de propiedad privada cuando se trata de sus ganancias. Cuando se trata de pérdida, se enchufa a los Estados y a los pueblos». En ese plano, rechazó categóricamente la prórroga de la jurisdicción extranjera y la renuncia a la inmunidad soberana.
También se refirió a los dichos del presidente de la Comisión de Salud, el oficialista Pablo Yedlin, quien al presentar la norma sostuvo que «sabemos que esto no es lo óptimo, pero son los requisitos que la industria farmacéutica impone». Del Plá preguntó: «Si los laboratorios van a hacer un negocio fenomenal, ¿por qué tenemos que aceptar sus condicionamientos? ¿Por qué no ponemos todos los recursos de nuestra ciencia para desenvolver la vacuna?». Con esta ley, contrastó, «las fórmulas de las vacunas serán secretas, ¡como la de la Coca Cola!»
«Lo que sí se tendría que hacer es poner los recursos al servicio de la industria nacional y estatal, para producir la vacuna contra el coronavirus y contra todas la enfermedades que caen sobre nuestra población cada vez más hambreadas y desnutrida, sometida a enfermedades que deberían estar erradicadas, y que no se hace porque se prioriza el pago de la deuda al FMI», concluyó Romina Del Plá.
Otro aspecto leonino es que los contratos contará con cláusulas de confidencialidad acerca de las fórmulas de las vacunas, para proteger las patentes de los pulpos farmacéuticos. La población, por ende, no tendrá acceso a conocer qué es lo que se le está aplicando. A su vez, las vacunas estarán exentas tanto del IVA como de impuestos aduaneros.
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