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En la versión restringida de la violencia de género, Fabiola es víctima y Alberto victimario. Dice Alfredo Grande: creo que eso debe ser juzgado y eventualmente condenado, para que la denuncia no sea sentencia, como hacía la Inquisición. En la versión amplificada, Alberto y sus secuaces golpearon, mucho y mal. Y Fabiola es la falsa profeta.

https://pelotadetrapo.org.ar/loan-fabiola-y-las-violencias-de-generos

El análisis institucional hace énfasis no tanto en los sucesos sino en la lógica que informa de ellos. A modo de ejemplo, que espero sea bueno:  la lógica carcelaria es hegemónica en la cárcel, pero está presente en otras organizaciones. En una fábrica, en una familia, en un sindicato, la lógica carcelaria puede estar presente. Puedo decir que aquello que las organizaciones ocultan, las lógicas institucionales descubren. Las lógicas no son visibles, al menos a los ojos. Son inferencias que implican un análisis político e histórico, que le da consistencia a la lógica institucional.

Violencias de géneros. Siempre me ha parecido que hablar en singular y especialmente en mayúscula siempre es reaccionario. La Patria o las patrias. He ahí una cuestión que no es solamente el cómo se dice, sino qué significa. Lo único, lo unitario, lo hegemónico es posible exterminando a lo diferente, lo federal, lo no hegemónico. Estado Nacional vs Estados Provinciales. Estados Provinciales vs Pueblos Originarios. Más allá de lo que la Academia establezca, yo hablo de “géneros”. Y utilizo una definición tan arbitraria como cualquier otra.  Género es un grupo de entidades, que son partes de un grupo mayor, pero se distinguen del resto por poseer un número de rasgos o condiciones en común. Y está relacionado con tipo, especie, clase. Y esto es especialmente importante porque nos linkea con la teoría de los tipos lógicos de Bertrand Russell y la teoría de las clases sociales de Marx.

Desde mi manera de pensar, habitualmente equivocada, hablar de género admite una mirada restringida y otra amplificada. La restringida es acotar la violencia de género a la violencia de hombres sobre mujeres. Que es un real constatable. Pero hay otros reales que ameritan ser pensados como violencia de género y que habitualmente son ocultados. Por ejemplo: el chineo, la servidumbre, la prostitución como estrategia de supervivencia, el hambre planificada. El modo de producción capitalista, al cual la democracia representativa le da cobertura de legitimidad, es una fábrica de violencias de géneros. Y creo que ninguna debe ser obviado ni sobrevalorada.

Violencia: el pretendido mal. La cultura represora tiene como unos de sus objetivos el monopolio de las violencias. Por lo tanto, cuando preconiza la paz es una trampa para que nadie le dispute el monopolio de las violencias. Y hablo de Cultura Represora y no de Estado, porque la cultura represora desborda los aparatos ideológicos del Estado. Por eso no diferencia entre violencia y crueldad. La crueldad es la planificación sistemática del sufrimiento. Algunos llaman a esto plan económico. En su versión actual, que avanza la libertad.

En el patriarcado hay crueldad hacia los géneros más vulnerables. Combatir la violencia de género no es para defender al género, sino para deslegitimar la violencia. Que sabemos que es la partera de la historia. Y la única forma de combatir la crueldad es la violencia. Rebeliones, insurrecciones, revoluciones, que en la historia han sido victoriosas. Por eso es necesario neutralizar la violencia para sostener la crueldad. Yo hablo de crueldad de géneros que me parece un concepto más amplificado. Su versión restringida es funcional a una lucha anti patriarcal hegemonizada por la burguesía.

Loan, Fabiola: Pienso que Loan ha sido víctima de una de las peores violencias de géneros. Loan pertenece al género (tipo, clase) de la niñez que es el género diezmado en la actualidad. Obviamente, la muerte es el extremo límite de toda violencia. En mi conceptualización, el extremo límite de toda crueldad.  Lo que la inquisición denominaba “tormentos extraordinarios” a los que terminaban en la muerte del reo o de la rea. En el sentido amplificado que propongo, la Inquisición denominada Santo Oficio, (un verdadero oxímoron) es una de las organizaciones más crueles de la historia. Especialista en todas las formas de las violencias de géneros. Desde ya, exterminaba mujeres, pero no solamente. Giordano Bruno, hace más de 400 años, fue quemado vivo por pensar distinto a la doctrina oficial de la Iglesia.

Quemar vivo a un filósofo: qué oficio santo.

Fabiola es a mi criterio, la falsa profeta. O sea: causa justa pero invocando a los dioses del averno. Una foto de cumpleaños en la quinta de Olivos no es precisamente una oración en el Monte de los Olivos. El poder absoluto corrompe absolutamente y no creo que las trompadas hayan sido porque la dama primera se oponía al pago de la deuda//estafa externa. Es una versión de la violencia de género en sentido restringido. No le doy entidad de víctima a una socia del victimario. Especialmente porque la condena de muchos sectores al ex presidente ha sido más por las trompadas que por una política criminal para el pueblo. Que le dio vía libre al fascismo. En la versión restringida de la violencia de género, Fabiola es víctima y Alberto victimario. Creo que eso debe ser juzgado y eventualmente condenado, para que la denuncia no sea sentencia, como hacía la Inquisición. En la versión amplificada, Alberto y sus secuaces golpearon, mucho y mal.

Loan, Fabiola y las violencias de géneros: los medios se hacen su agosto. El oficialismo su agosto y todos los meses. El chirolita presidencial reivindica el 144, cuando desmanteló esa organización y de paso, el INADI.  Que curiosamente ha pasado desapercibido para la oposición supuesta. Que ya es una oposición de su majestad. El aumento de la indigencia mucho más desapercibido que las actas que supuestamente debía presentar el presidente de Venezuela. Muchas violencias, muchos géneros.  Y la lucha debe ir por todos porque como dijo el gran Tejada Gómez, el que no cambia todo no cambia nada. O sea: el que no lucha por todo, corre el riesgo de no luchar por nada.

La implicación en una lucha contra todas las crueldades de géneros nos exige luchar por todo.