En su discurso de apertura de sesiones ordinarias del Concejo Deliberante, Mariel Fernández ofreció algunos ejemplos (casos) de trabajadores de la economía popular que muestran signos de «hambre». Se refirió a un beneficiario del Potenciar Trabajo que, según palabras de la Jefa comunal, se desmayó en el Delegación de Francisco Álvarez porque hacía dos días que no comía. Se comprometió a «no soltarles la mano» reconociendo de ese modo lo que aportaron en su primer mandato. Este es un punto interesante de saber la «traducción de la promesa» ya que la administración nacional crea dos nuevos programas que reemplazan al Potenciar (ayer se hizo efectivo el pago de 78 mil pesos por beneficiario /a), eliminándose las unidades ejecutoras (organizaciones y/o movimientos sociales) quienes definían el lugar y modo de contraprestación de servicios. Las personas que no sufren la baja percibirán ese ingreso que está muy lejos de la línea de indigencia. No soltar la mano ¿significará que el Municipio absorberá a hombres y mujeres integrándolos /as a la planta municipal? ¿Quiénes, de qué organización y qué cantidad?
El ajuste nacional de Milei y sus consecuencias en la vida cotidiana también fue reflejado por la Intendenta en el área de asistencia directa a merenderos y comedores: «Vamos a transitar momentos muy duros por la falta de trabajo, el encarecimiento de los alimentos, de los servicios, la suba de los medicamentos, lamentablemente estamos obligados a presenciar cotidianamente escenas muy tristes, y como ciudadanos /as nos toca estar acompañando. El otro día hablaba con la compañera Araceli Bellota (concejala) que vio abuelos en la farmacia comprando de a uno o dos pastillas. Me sorprendí porque antes, por lo menos, se compraban un blíster. Otra situación que me comentaba el Presidente del Concejo Deliberante, Emmanuel Fernández, de una compañera que tenía un comedor. El gobierno nacional hace rato que no manda alimentos, y lo que hace esta compañera es organizar la comida en su barrio con lo que da el Municipio, contando con la voluntad de algunos comerciantes pero la situación también es difícil para ellos, pero la historia es que esa compañera se enfermó y en ese día fueron a inspeccionarla desde el gobierno nacional. Como ese día no cocinó le cerraron el comedor. Miren la crueldad, no mandan alimentos y te van a inspeccionar, es decir, se supone que tiene que cocinar sin recibir alimentos. Por supuesto que el Municipio se hará cargo de todas estas situaciones, que nos suma más tareas porque ahora la demanda es el doble y todo vale el doble (compra de alimentos). La demanda ante la falta de medicamentos la recibe el Municipio, algo que veníamos haciendo pero ahora se incrementa. Es algo que nos llena de tristeza, pero quiero que sepan que este es un Municipio que cuida y lo seguiremos haciendo de alguna manera».
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