Espacio Publicitario

publicidad
publicidad
publicidad

Son muchos los sitios o portales de noticias provinciales que sugieren un Massa 2025, candidato a diputado nacional, sin perder acuerdo con CFK. Su misión es «fortalecer el centro» porque su hábitat no está en los polos.

El Destape realiza una crónica interesante acerca del líder del Frente Renovador, renovado generacionalmente: «La presentación de informes que manda a difundir sobre la marcha de la gestión mileísta son llamados de atención respecto de datos del motor productivo y el bolsillo, como el que advirtió que ahora 1,1 millón de trabajadores volverán a pagar el impuesto a las ganancias. Pero también es la manera que encontró en el primer semestre para mostrarse activo. Sergio Massa sabe que no es necesario dar notas ni volverse comentarista en redes sociales para estar vigente en la escena pública porque además es el propio Gobierno el que lo lleva ahí. Por eso postergó, al menos hasta agosto aunque sin fecha aún, la presentación de su libro «Querer un país».

Pero también los informes le permiten mostrar equipos capacidad técnica para la interna de Unión por la Patria. Hasta acá le escapó a la pelea interna entre La Cámpora y Axel Kicillof. La razón que desde su entorno dieron por la que no estuvo ni mandó emisarios al acto que el gobernador encabezó en homenaje a Juan Domingo Perón a 50 años de su muerte es que no quieren ser “rehenes de ningún tironeo interno”. En el massismo creen que en este momento es más necesario “un ámbito para ordenar la acción” frente al Gobierno que “un acto para escucharnos entre nosotros”.

El faltazo también es una manera de defender su identidad y no mimetizarse para así diferenciar su representatividad dentro de la coalición y diferenciarse del núcleo duro kirchnerista. Buscar atraer ese voto de centro que fluctúa y no es cautivo de un espacio. “Tenemos que agrandar el espacio hablándole a los electores moderados que se nos fueron”, explicó a El Destape el director del Banco Provincia y uno de los referentes massistas, Sebastián Galmarini.

Con estos resultados, quienes lo tratan a diario lo escuchan tranquilo pero con lamento porque lo que pensaba que Milei iba a hacer en la gestión es lo que sucede. “En la campaña anticipó con certeza lo que iba a pasar”, suelta un dirigente que lo visitó la semana pasada.

Tras la derrota en el ballotage y de cara a las legislativas, pretende ayudar en la construcción de “un peronismo competitivo que mantenga la unidad” pero sobre todo “la capacidad de expresar cosas para delante y no sólo reivindicar el pasado” como una manera de hacer autocrítica de lo que se hizo mal. Usa una analogía religiosa para marcar los tiempos de lo que viene para el movimiento. El año que viene, explica, “el peronismo armará su propia catedral para retener a sus fieles y entre el 2025 y 20727 elegirá al obispo”.

Los números que recibe y en los que confía desde la elección le arrojaron en el último mes que el Gobierno tiene un respaldo por debajo del 50% y que la composición de su voto varió y es más similar al de Juntos por el Cambio. Por eso, asegura que si la principal coalición opositor se mantiene unida tiene chances de ganar en distintas provincias. Siguiendo el razonamiento que dividió los últimos 80 años de la política argentina entre “peronismo y antiperonismo”, proyecta que se elegirá entre “Milei y peronismo”.