Massa, hoy con viento a favor

PLATAFORMA DE LANZAMIENTO. CONGRESO MAR DEL PLATA –

Hacia la Perla del Atlántico viajaron desde todos los puntos de la Provincia de Buenos Aires los hombres y mujeres que representan al Frente Renovador. El encuentro permitió evaluar el desarrollo y presente de la fuerza que conduce el actual diputado nacional Sergio Massa, pero básicamente exponer que «por ese camino de avenida ancha comenzó el diseño para construir lo que llaman la nueva mayoría». La ubicación del FR exhibe una distancia apropiada respecto a la agenda política, pública y judicial. No hay preferencia en elegir una figura que compita en la centralidad de denuncia constante sobre la corrupción K sino tomar esa la plataforma y llevar al Parlamento el proyecto de extinción de dominio, una forma metodológica de mostrarse por encima de lo que el propio Massa denomina como «la enfermedad de la bipolaridad que tiene Argentina».

El ex candidato presidencial por UNA (Unidos por una Nueva Alternativa) cerró el Congreso en el Hotel Provincial. Su discurso de más de 35 minutos dejó no sólo frases de contexto sino anuncios pre electorales. Massa cargó duro contra los peronistas que pelean por el sello, anticipo evidente que no es imprescindible disputar el liderazgo partidario de una estructura vacía: «Algunos se apoderaron de un sello para justificar su permanencia y existencia en el poder, nosotros nos apoderamos de las banderas y de los sueños de los peronistas que quieren y creen en la movilidad social ascendente. No nos interesan los sellos de goma sino los sueños de todos los peronistas que anhelan un país con igualdad«.

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Desde la pretendida amplitud, basada en que ningún sector tiene la mayoría que permita descartar el consenso, Massa llamó a contener y abrazar a todos los radicales que ven que su partido (casi inexistente) se abrazó a la derecha y al ajuste. Aplaudió la radical massista Cecilia Moreau, hija de Leopoldo Moreau, histórico dirigente radical que selló su pertenencia al modelo kirchnerista.

Pero la comprensión de la pluralidad como sello distintivo de un tiempo sin partidos tuvo en Massa un guiño anunciado para otros sectores, demócratas cristianos, desarrollistas y progresistas, tal vez pensando en Margarita Stolbizer del GEN y en Jorge Ceballos de Libres del Sur: «Tenemos la obligación de buscar a los demócratas cristianos, a los desarrollistas y a los progresistas que nos han puesto en el centro de la política argentina, hablo en el centro de las ideas, porque en esta enfermedad de la bipolaridad parece que la Argentina está condenada a discutir entre populismo o ajuste«.

El medio es comprendido de una forma: CAMBIEMOS debe gobernar cargando y pagando costos; el kirchnerismo se debate en regresar al peronismo que, a juicio de Massa, es un sello de goma, un refugio. Entonces el Frente Renovador lanza una tercera posición donde está convencido de poder combinar un Estado fuerte con reglas claras para los jugadores privados. Massa lo dijo así en Mar del Plata: «Tenemos que ser firmes para que no nos distraigan con los bolsos vergonzosos y atrás del escenario terminan haciendo un ajuste que aumenta la pobreza. Nuestro compromiso es representar a esos millones de argentinos que se van quedando afuera. Hace meses que venimos escuchando esa idea vieja del derrame, así como los fanáticos del populismo decían que sólo el Estado podía resolver este problema, se ve que querían tanto al Estado que se llevaron un pedazo a su casa. Ahora nos dicen que el mercado tiene que crecer para que la copa derrame, el punto es que la copa de alarga y cada vez se concentra más en menos gente. Es el Estado, entonces, quien tiene que dar vuelta la copa para que el derrame llegue a los que menos tienen, eso se llama distribución del ingreso. Nuestro desafío en este momento es generar reglas que le construyan a la Argentina un Estado que genere igualdad de oportunidades, que genere la idea de la movilidad social ascendente, con una educación pública que permita a todos crecer en un lugar importante. La Argentina no puede seguir cristalizada en los planes sociales y por eso vamos a exigir que el Estado ponga recursos, que le dé capacitación en sindicatos y municipios, para que esos planes se transformen en planes de empleo. De esa manera, el hombre y la mujer, dejarán de ser rehenes para ingresar al mundo del trabajo«.

No es una idea novedosa, tampoco original. Desde la aparición de los Planes Trabajar y hasta el Argentina Trabaja, casi 20 años, esa estructuración que surge de las entrañas políticas del Banco Mundial, no tuvo grandes variaciones. El complemento a esa idea es el rediseño impositivo tributario, ese anuncio también conocido de hacer que los que más ganan más paguen. Massa, en ese marco, le envió un mensaje a Macri: «Le vamos a demostrar al gobierno de dónde hay que sacar el dinero para garantizar los derechos de los que menos tienen, de verdad hay que fijarles impuestos a los sectores que aparecen sistemáticamente como beneficiarios de todos los gobiernos. Esperemos que el resto de las fuerzas políticas se animen para construir equilibrio e igualdad y resolver el problema de la pobreza en Argentina».

La renta financiera resultó intratable siempre, incluso en los años dorados del kircherismo con amplísimas mayorías en el Congreso. Un anuncio institucional tuvo un apartado explícito: «Vamos a pelear en los próximos 60 días para modificar la ley y que el Impuesto de las Ganancias deje de ser un robo que sufren los trabajadores», sentenció Massa.

El líder del Frente Renovador dedicó un pasaje de su discurso a la obra social de los empleados públicos bonaerense, a la que calificó como una caja de corrupción: «Hay que construir solidaridad con los trabajadores públicos de la Provincia, pero cuando mira para todos lados encontramos que son millones los trabajadores que se encuentran rehenes de corrupción y la impunidad de IOMA. Tenemos que animarnos a que dentro del sistema solidario de obras sociales, cada trabajador de la Provincia pueda elegir con la obra social que quiere. Hay que terminar con la caja de corrupción y burocracia para pasar a trabajadores bien atendidos«.

Para concluir su discurso, Massa comprendió a los intendentes que manejan comunas inviables, tal el caso de Moreno. Recordó la reforma constitucional de 1994 para lanzar su política: «No queremos que los intendentes vayan como mendigos o con la carpetita bajo el brazo pidiendo dinero a tipos que nadie votó cuando tienen la legitimidad de su pueblo. De cada 100 pesos que paga un bonaerense en impuestos sólo 2 pesos vuelve al municipio. Cómo le podemos pedir a los jefes comunales que resuelvan los graves problemas si sólo le estamos dando 2 pesos de cada 100 pesos. Así es impensado construir ciudades modernas, inteligentes y con servicios sino no le damos fortaleza jurídica, económica y autonomía a los municipios.

Finalmente habló de la reforma electoral – política y anunció: “Es vergonzoso que en el siglo XXI la gente siga chocando con papeles en el cuarto oscuro. Además en el tema de la representación tenemos un padrón electoral con más mujeres que hombres, pero a la hora de la representación política siempre vamos detrás del cupo. Por eso decimos acá que vamos a pelear por la paridad de género como lo tiene la Provincia de Córdoba, en todas las listas tiene que haber mitad de hombres y mitad de mujeres.