APRENDER DE LA DOCENCIA –
Después de 31 años de trabajo de educación y enseñanza, Leonor Rodríguez dejó las aulas pero no así el territorio. La Escuela N° 56 conservará su desempeño, al que refiere como el equipo docente, tuvo una despedida que reseña los frutos de la cosecha. En el patio de la institución se formó un círculo donde directivos, docentes, alumnos y padres alzaron los brazos para abrazarse a la tierra donde pudieron y supieron librar todo tipo de luchas y enfrentar conflictos. Reflexión y acción, Leonor afirma que es muy difícil sostenerse vivos y de pie en un barrio como Satélite: “Lo que me deja es que me voy y nos vamos, porque nos fuimos como equipo directivo., con mayor dignidad con la que llegamos, que eso para un territorio, una institución, como la que acompañamos a gestionar, es todo un paradigma. Uno abraza y se deja abrazar por una comunidad y por una etapa en la vida, solamente cuando esa etapa nos ha enriquecido como trabajadores de la educación, hemos peleado y hemos estado en muchas luchas, pero ese abrazo indicó y sigue indicando a los que siguen estando en la escuela 56, que primero las luchas no fueron en vano, y segundo, es que esa es la manera de luchar. No es una lucha en soledad, sino una lucha colectiva, que por ahí ha tenido muchos fracasos, porque en 31 años como educadora he vivido muchas situaciones en las que no hubiese querido estar, pero también siempre hubo síntesis a favor de dónde uno pone el cuerpo, desde el territorio que elige y nos elige, y el posicionamiento con el que uno camina ese territorio y con el que uno pone los pies en la tierra. Me parece una buena imagen esta que vos traes de ese abrazo que indicaba no volar sino estar cada vez más en la realidad, y me parece que eso es un desafío, a los que se quedan, un desafío a los que nos fuimos, porque seguiremos estando en otras luchas, seguramente, y un desafío para el pensar la educación a niveles más macros. Eso es una experiencia pequeña en un barrio pequeño, muy olvidado a lo largo de todos los tiempos, pero si en lo pequeño se puede, se tiene que poder en lo grande, y eso es un desafío”.
AUDIO 1 RODRIGUEZ
¿Qué significa abrir la escuela y hasta dónde esa acción puede o debe darse?
A mí me parece que lo primero que uno tiene que tener en cuenta es que cuando uno es un educador inserto en un territorio uno no es dueño de nada, esa es la primer premisa. La segunda me parece que es, uno abre lo que el colectivo permite abrir, no es una decisión de una gestión, desde una directora, una gestora, una vice, no, es una decisión de un colectivo que está dispuesto que esa apertura sea un desafío a sostener. Hay muchas escuelas que implican o que tienen apariencias de apertura, pero en realidad las puertas son giratorias, o sea, sostener la puerta abierta, dejar que por esa puerta ingrese la realidad más cruda, la que entendemos, la que enjuiciamos, la que valoramos, la que no entendemos, es un desafío también a la propia humildad, uno no construye nada solo, uno construye con otros, y esos otros son muy diversos y la diversidad, si uno quiere verdaderamente una apertura, donde llegues para quedarte y no para ver qué pasa. Implica poder sentir hondamente que el otro es un sujeto de derecho, que el otro es otro y es una otra, que mi opinión no tiene más valor que otro, que todos tenemos un saber del cual podemos como empoderar a otros. No me gusta mucho la palabra empoderar porque está demasiado maltratada, pero digo, todos tenemos un saber para dar y todos tenemos un espacio para aprender, esa es la apertura real de la escuela. Es muy difícil vivir en un barrio como Satélite, y es muy difícil sostenerse vivo y de pie en un barrio como Satélite. Nosotros tenemos que incorporar, y en ese sentido no le negamos la vacante a nadie, que es una premisa de la escuela 56, pero no negar la vacante significa que el chico va a estar en la escuela, si, es lo más claro, pero significa también que le voy a poner el cuerpo a ese pequeño que llega con 6 años y que en la mejor de sus trayectorias se va a ir con 11 años, y a la familia que acompaña esa trayectoria, para que pueda dignamente irse de un espacio institucional enriquecido al salir. Esa es la verdadera apertura, la verdadera apertura también tiene que ver con los actores que en una apertura son absolutamente todos los que integramos la comunidad pedagógica.
AUDIO 2 RODRIGUEZ
¿Qué compone eso de somos todos?
Tenemos en la escuela la presencia de lo auxiliares, para mi emocionante presencia, y son los que abren la puerta, son los que dicen “buen día; mira cómo llegó, fijate que lo empujaron para entrar”, entonces si nosotros no conformamos una apertura desde el que abre la puerta hasta el que la cierra, que son los mismos y todos pasan ese trayecto de 4 horas, 4 horas y media en un turno de escuela, y vemos que ahí está el auxiliar, están los padres, los niños, los familiares de esos niños, están los que vienen a preocuparse por los que no tienen familia, en una escuela están los perros también, están todos esos que se comprometen de alguna manera a sostener un día de escuela en un barrio como Satélite. Esa es la verdadera apertura, donde cada uno se hace un poquito responsable de la puerta que se abre y también nos podemos dar algún tiempo y alguna pausa y síntesis para decir ¿qué nos pasa que ya no estamos abriendo la puerta como queríamos? A nosotros como escuela el puntapié de inicio más fuerte de decir, la comunidad tiene que estar acá adentro, fue cuando tuvimos el incendio de nuestra dirección y tiempito antes la muerte de Miguel Da Silva. Fueron dos sismos, cuando es dolorosa esa palabra en el día de hoy; y dijimos nuestra escuela estaba perimetrada con un muro de 1,80 metros, llegó el Consejo Escolar a ver qué hacía frente a esa situación y nosotros lo primero que le pedimos fue, tiren abajo el muro por favor, entonces no entendían porque todas las escuelas pedían muro y nosotros pedíamos que lo tiren abajo. Lo hicimos y la gente que pasa por la vereda, por la plaza, por la esquina, empezó a ver que hay niños que juegan en los recreos, que hay docentes que están, que hay un ritmo escolar, una rutina escolar, así dejamos de tener las dificultades que teníamos porque nos atrevimos a tender, no solamente al tirar un muro, poner una reja, sino a tender un puente real con la comunidad. Ese fue nuestro hito para empezar a sentirnos una escuela abierta y una escuela que requiere a diario repensar la apertura. A nosotros nos ha traído problemas también ser una escuela abierta porque las políticas que nos direccionan en educación no son políticas de apertura, son políticas maquilladas de diversidad, de inclusión. La inclusión nos pide a diario decir, estamos todos, nos duele a veces, nos emociona otras, pero acá estamos todos.
Todos con las diferencias, con las particularidades, los dolores, llantos, las alegrías, todos es eso
Todos es eso, es todos en serio.
AUDIO 3 RODRIGUEZ
La explicación y su desarrollo muestra que abrir la escuela no sólo es posible sino que guarda resultados que la institucionalidad muchas veces lo niega por completo
Una condición de sostener la apertura es formarnos como educadores cada vez más, nosotros tenemos elementos regulativos, tenemos normas, un diseño curricular, una ley de educación, que si uno realmente la conoce, la lee, la implementa y la discute, avala todo lo que hacemos. En realidad muchas de esas cosas surgieron de nuestros propios discursos construidos en nuestras comunidades, entonces ahora lo que tenemos que hacer es enfrentar las dificultades, que las hay. Generalmente las dificultades tienen que ver con posicionamientos de “no, no podes hacer eso porque pones en riesgo a tal”. Te doy un ejemplo, salir a lo que se llamaban paseos antiguas, o la presentación institucional, hoy, en las comunidades más vulnerables, los paseos son fiestas, entonces, uno tiene que hacer lo imposible, no para cerrar la posibilidad de salir, sino para salir todo el tiempo. Una de las cosas que más me emocionó y todavía guardo en mi cuerpo y en mi escucha, es un nene de 11 años que me dijo, “gracias porque nosotros fuimos al teatro”, y había sido una lección paseo muy difícil ir al teatro, nos costó mucho la organización, pero la idea es que la norma tiene que estar a favor de la vida, no tenemos que desnormalizar la escuela, la tenemos que normalizar humanamente, tenemos que saber cuáles son nuestras normas, tenemos que saber cuáles son las leyes que nos encuadran, tenemos que contextuarnos en lo que ya está y ponerle vitalidad, presencia y cercanía. Esa es una condición de restarle dificultad a la apertura, y otra condición es que uno vea que la apertura es una cuestión a favor, enriquece, no disminuye, suma. Si uno realmente cree que desde la mirada de Freyre uno sabe que la educación es praxis y reflexión y que esa praxis y esa reflexión en algún momento deberán ser nuevas teorías para otros, esto es una praxis y una reflexión. Nosotros practicamos encontrarnos con la comunidad, reflexionamos esos encuentros y esas aperturas, y hoy por hoy podemos decir que tenemos una teoría, no se puede enseñar, no se puede aprender, si alguien queda afuera.
AUDIO 4 RODRIGUEZ
En ese territorio quedan muchas flores y muy buenos jardineros.
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