Milei arrancó el año atacando la educación pública. Quitó el Fonid y fondos para las provincias. Impulsó furiosamente la idea de la educación como “ servicio esencial” para atacar el derecho a huelga. La conducción de Ctera-Suteba se limitó a hacer lobby parlamentario y convocar medidas aisladas. El gobierno envalentonado, vetó la ley de financiamiento educativo. Y encontró resistencia, despertó al movimiento estudiantil, que con una potencia enorme y extendida a lo largo y a lo ancho del país, demostró que hay fuerzas para derrotar todo el plan de ajuste.
La docencia participó de las marchas educativas, sin embargo la conducción de Ctera-Suteba no convocó ninguna instancia de deliberación y lucha para unir en una gran causa nacional educativa a docentes, familias y estudiantes.
El enorme paro docente del miércoles 30, que inicialmente fue convocado por la Multicolor en un plenario provincial, confluyendo con el paro nacional de transporte y luego se fueron sumando Udocba, FEB y finalmente la conducción de Suteba, da muestra del descontento y la bronca que se vive en las escuelas de la Provincia de Buenos Aires.
La Celeste en su laberinto: entre la interna peronista y la pasividad cómplice del ajuste
Baradel estuvo presente en el último acto de Kicillof en Berisso donde defendió la gestión del gobierno provincial como alternativa al gobierno nacional.
Pero en la provincia ¿no hay ajuste? Los salarios docentes están perdiendo y muy por detrás de alcanzar la canasta familiar por cargo. El aumento acumulado del año es de 78% cuando se estipula que la inflación acumula un 101,6%.
Con el último aumento una maestra cobró $553.076. Ni trabajando doble cargo se llega a la canasta familiar que la junta interna de ATE calcula en $1.514.000. A los bajos salarios se le suma la dificultad para conseguir horas y cargos docentes y la precarización laboral que implica la multiplicidad de tareas escolares en una situación cada vez más compleja por la profunda crisis social, en la que la mayoría de les docentes somos mujeres, sostén de hogar.
Mientras la pobreza en la provincia de Buenos Aires alcanza a un 59, 7 % de la población, el gobierno no garantiza siquiera un plato sano y nutritivo en comedores escolares. Las escuelas siguen cayéndose a pedazos. Nuestra obra social IOMA está cada vez más vaciada y hay miles de casos donde no cubren los tratamientos médicos.
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