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EL AJUSTE MATA –

Mira el edificio escolar rodeado de compañeros y compañeras de Rubén Rodríguez. El dolor se siente y se escucha. Mabel Zurita, esposa del trabajador auxiliar de la Escuela Nº 49, toma el micrófono y habla del momento, convertido en pesadilla: «Una vez más frente a la escuela 49, recordando todo lo sucedido aquel difícil día, aquel 2 de agosto cuando una amiga del alma me llamaba por teléfono para avisarme y sin querer preocuparme en esa jornada, solo me decía que me tenía que acercar hasta acá. Sinceramente en esa oportunidad sabía que a Rubén le había pasado algo, sabía que Rubén ya no estaba con nosotros, pero mi negación por no querer creer que nos había dejado porque hacia una hora que lo había visto por última vez junto con mi hija. No me permitía creer lo que estaba pasando, creo que hasta hoy cuando llega la noche sigo esperando que mi compañero Rubén llegue a casa y me diga que todo esto es una pesadilla, pero no es así lamentablemente. Por más que ahora quieran venir las autoridades a querer darte una palabra o a querer venir de forma hipócrita, no hay otra forma de decir, con ese cinismo que tienen, con el cual se manejan día a día, no nos van a devolver ni la vida de Sandra ni la de Rubén. Podrían haber sido sus otros compañeros de trabajo, o los chicos de la escuela 49, o cualquiera de nosotros en cualquiera de nuestros jardines, primarias, secundarias y hasta de los terciarios. Lamento muchísimo que no nos hayan escuchado a tiempo, me duele, siento el dolor desgarrador día a día que nada ni nadie puede calmar, y es terrible que haya algunos personajes malintencionados que en el día de hoy se sigan burlando de los trabajadores de la educación, de cada alumno que concurre a las escuelas públicas. Es lamentable, es vergonzoso que salgan a hablar son ningún crédito, no pueden hablar de la escuela pública porque no la conocen, no saben lo que es patear la calle, no saben lo que es poner el cuerpo en la escuela pública».

AUDIO 1 MABEL

 

Los aplausos abrazan a esa mujer que sigue de pie, preguntándose por qué, disparando certezas y marcando un camino. A las autoridades que ya no tienen autoridad, les dice: «No pueden hablar, no tienen ningún derecho a opinar sobre lo que nosotros hacemos día a día, lo desconocen totalmente. No saben si nuestros pibes pasan hambre, no les importa si tienen sillas, si tienen un aula confortable para recibir las clases que vamos a dar todos los días, no les importa. Es duro, es la realidad que vivimos día a día e indefectiblemente por más que quieran venir ahora a darnos una solución la vida de Sandra y Rubén no la vamos a recuperar. Yo les pediría por favor a cada una de las autoridades, a cada uno de los responsables, al gasista, al interventor, a los que hicieron que esta intervención estuviese actualmente, al ministro de Educación, al Subsecretario de Educación que vino a decirme ese día solamente que él estaba para escuchar, a la señora gobernadora que con su ajuste maléfico a la educación está llevando a cada una de nuestras escuelas al derrumbe: «son responsables de lo que pasó, son responsables de la muerte de Sandra y Rubén».

AUDIO 2 MABEL