Ni FMI ni G20 ni BID –
Por Claudio Giorno (dirigente Emancipación Sur) – Esta última semana comenzó la primera reunión de ministros de Hacienda y presidentes de Bancos Centrales del G20 en Buenos Aires, Argentina. Por primera vez, una reunión del grupo de los diecinueve países más industrializados del mundo, más la Unión Europea, se celebra en territorio latinoamericano. Y ha sido precisamente en Argentina, con el presidente Macri queriendo liderar la segunda gran oleada neoliberal en América Latina.
El G20 nació en 1999 como una reunión técnica de ministros de Finanzas y presidentes de Bancos Centrales, según se explica en su propia página web. Según la misma, «en plena crisis económica de 2008, se convirtió en lo que es hoy: un espacio clave de discusión y toma de decisiones en el que participan los máximos líderes mundiales y las principales economías».
El Grupo de los 20 está compuesto por las principales economías del mundo: la Unión Europea y 19 países más: Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica y Turquía.
Además de España, que es un invitado permanente de las reuniones del G20, la organización explica que todos los años el país que preside el foro también elige otros invitados. Para 2018 Argentina invitó a Chile y Países Bajos.
La agenda oficial para éste encuentro en Argentina estaba marcada por los siguientes temas:
El futuro del trabajo.
El desafío que representan las criptomonedas y las posibles vías de regulación.
La tributación de las grandes multinacionales digitales.
El diseño de un modelo global de financiación de infraestructuras que mejore la participación del capital privado.
Sin embargo, el tema que más intensificó el encuentro fue la reciente aprobación por parte del Gobierno de Estados Unidos de aranceles del 25 {ebfc0320d477b9bbea922f3d779ceb9307bcd251c6f562ff196dc9e57bfc6fa0} para el acero y del 10 {ebfc0320d477b9bbea922f3d779ceb9307bcd251c6f562ff196dc9e57bfc6fa0} para el aluminio. Esta medida entró en vigencia el viernes 23 de marzo. Estas decisiones van a contramano de políticas económicas como la de Argentina y otros países latinoamericanos que en los últimos años están redoblando su apuesta por las políticas de apertura descontrolada y subordinada.
“Macri se encuentra con la realidad de los límites del libre comercio por uno y otro lado. Si ahora se ha topado con esta medida impulsada desde EE. UU., meses atrás se viene enfrentando a una situación similar en el proceso de negociación del acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea, donde estos últimos no quieren incrementar las cuotas de importación dedicadas a la ganadería mercosureña. No se trata de Trump, ni de una nueva oleada de proteccionismo. El proteccionismo de la Unión Europea en lo que se refiere a los mercados ganaderos y agrícolas no es nada nuevo, al igual que el proteccionismo de Estados Unidos en determinados sectores tampoco lo es. La apertura que pregonan las principales economías mundiales es siempre parcial y controlada y en aquellos sectores en los que verdaderamente obtienen un mayor beneficio debido a la alta competitividad de sus bienes y servicios. Antes de Donald Trump, Estados Unidos también intervenía activamente en la economía. Con Obama se aprobó la cláusula Buy American, que exigía el uso de hierro y acero y de productos manufacturados estadounidenses en los proyectos de infraestructura financiados con los recursos del plan de estímulo; se rescató al sistema bancario y se siguió protegiendo a los sectores agrícolas. La Unión Europea actúa del mismo modo, protege a los sectores agrícolas y ganaderos porque saben que la apertura y la eliminación de los subsidios sería la ruina para cientos de miles de familias en toda Europa; rescataron a la banca privada y siguen rescatando a grandes empresas privadas dedicadas a la explotación de infraestructuras -como ha ocurrido esta misma semana con las concesionarias privadas de autopistas en España», planteaban éstos días participantes activos de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños
Quiere decir que es fantasioso u oportunista seguir hablando de los beneficios de la apertura total de las economías. El problema es que algunos gobiernos latinoamericanos parecen no entender que el uso de algunas medidas de protección favorece a la economía, al desarrollo y por tanto al bienestar de la población. Macri, al igual que otros líderes neoliberales latinoamericanos, siguen jugando a favor de las decisiones de los grandes y poderosos del comercio internacional.
El encuentro se desarrolló sin riesgos para la «seguridad», sin marchas y sin escraches, sin embargo un conjunto de organizaciones populares siguen uniéndose en la resistencia contra el atropello del negocio sobre los pueblos, sobre la vida y el futuro. Pero lamentablemente no sale en los principales medios de comunicación. Estas organizaciones junto a siempre referentes de la resistencia popular como Adolfo Pérez Esquivel y Nora Cortiñas, rechazaron las pretensiones del G20 y de la presidencia argentina del mismo. «Sus reuniones a lo largo del año y en varios puntos del país deben ser declaradas “no gratas” ya que están al servicio del capital y no de los pueblos. El G20 fue creado en 1999 para subordinar a los países que designaron como “emergentes” a los intereses del G7 y evitar una nueva crisis financiera y monetaria. Sus acciones evidentemente fallaron al estallar la próxima crisis en 2008; pero en vez de reconocer eso elevaron su perfil de “técnico” a “político” incorporando a los Jefes de Estado».
Una década después, queda más claro que pretenden más privatizaciones, que solo buscan responder a la profunda crisis global del capitalismo descargando la misma sobre las mujeres, la niñez y la juventud, lxs trabajadores, lxs jubiladxs, la naturaleza.
También repudiaron enérgicamente la llegada a nuestro país de la Directora General del Fondo Monetario Internacional, más aún en vísperas de una nueva conmemoración del Golpe cívico-militar cuyas políticas de genocidio y subordinación a los intereses del gran capital fueron impulsadas por ese organismo multilateral. Recordemos que el FMI cerró un acuerdo de crédito a la Junta Militar apenas dos días después del Golpe, inaugurando el nefasto ciclo de endeudamiento y entrega que aún sufrimos, y llega hoy al país para seguir imponiendo sus “recomendaciones”:
· acelerar el ajuste fiscal con mayor rebaja en salarios, jubilaciones y prestaciones sociales
· fomentar el ingreso de divisas promoviendo el extractivismo-exportador
· impulsar las inversiones “público-privadas” que significan más deuda y menos control público, menos riesgo y más lucro privado.
Hoy como ayer, tampoco llega solo el FMI. En 1976, junto a los EE.UU. fueron los primeros en reconocer a la Junta militar y el primer préstamo del FMI fue rápidamente acompañado por otro del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Ahora el FMI llega junto al G20, donde es un invitado permanente, y participará a pleno en la reunión de los Ministros de Finanzas y Presidentes de Bancos Centrales del G20 (Buenos Aires, 19-20/3). Luego seguirán juntos a la Reunión de Gobernadores del BID (Mendoza, 22-25/3), cuyo foco está puesto en garantizar la infraestructura que precisa el desarrollo del modelo productivo que impulsan: excluyente, explotador, extractivista y endeudador.
Ante ésta nueva etapa en un proceso que se viene dando desde hace décadas en la Argentina pero que hoy se profundiza aún más este modelo de dependencia y de miseria, y ante ésta nueva embestida, habrá que organizar mucho más la resistencia, por amor a la Patria y por el dolor que no causa el saqueo descomunal, las enormes desigualdades, la pobreza y el hambre. Pero también con la voluntad colectiva de construir alternativas de Soberanía y Derechos.
Hay esperanza si cada día son más los que luchan resisten y construyen. El 22 de marzo fue el día mundial del agua. En las puertas del Congreso distintas organizaciones se plantaron para darle mayor visibilidad a la Defensa necesaria y urgente del AGUA. Con megáfono en mano, una compañera expresaba: «El agua es fundamental para las corporaciones que vienen por nuestros recursos naturales, como por ejemplo pasa en la megaminería. El agua permite el saqueo. Por eso debemos pelear en su defensa. Porque es la disputa por el derecho de la vida, el derecho a la salud, a mantener el valor de la propiedad de cada compañero o compañera, es el derecho a sembrar nuestros alimentos, de criar y cuidar a nuestros animales, es el derecho a vivir donde quiero y con la cultura que quiero. Y estos derechos se oponen a los grupos económicos del saqueo que han decidido que puedan dar la disputa por el agua y que encima la puedan ganar, y porque han podido ganar en otros países y porque han ganado a los políticos de los principales partidos porque los tienen metido en el bolsillo, entonces se creen que le podrán ganar al pueblo argentino. Pero no podrán, con el pueblo argentino no podrán…no podrán».
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