La medida fue confirmada por Roberto Feletti. Un parche electoral teniendo en cuenta que los precios de los alimentos subieron un 53,4 % en los últimos doce meses, mucho más que los salarios y jubilaciones. Las empresas alimenticias vienen haciendo ganancias millonarias.
El secretario de Comercio Interior dio una breve conferencia de prensa este martes en la que confirmó que en el boletín oficial del miércoles estará publicada la resolución por la cual se amplía el programa de Precios Cuidados.
«A partir de ahora está vigente una resolución que contiene casi 1500 productos en todo el país, que es de obligatorio cumplimiento para todas las cadenas productoras y comercializadoras de todo el país», sostuvo el funcionario.
Sin embargo, la medida no es más que un parche que lejos está de resolver el problema del consumo y del acceso a los productos de primera necesidad para las grandes mayorías. Basta con tener en cuenta que los alimentos aumentaron, en los últimos 12 meses, un 53,4 %, un número mucho más alto que el de los salarios o las jubilaciones.
Así, en plena campaña electoral, el Gobierno «se acuerda» de que había inflación e intenta tapar el sol de los precios con la mano, congelando un puñado de productos por tan solo 90 días, ante las quejas de los dueños de las alimenticias que no quieren perder ni un centavo, después de haberse llevado millonadas durante toda la pandemia. Dicho de otra manera, una medida que casi que empieza y termina con el calendario electoral.
Dos ejemplos son suficientes para graficar el asunto: el Grupo Arcor, que ganó $ 8.806,6 millones en el primer semestre del año, y Molinos Río de la Plata, que se llevó $ 998 millones en el mismo período.
El propio Feletti reconoció en su rueda de prensa que la medida no es ni osada ni profunda, como se quiso instalar desde algunos sectores del Gobierno en los últimos días: «No parece un gran esfuerzo, para un número de empresas que serán en su conjunto 60, mantener precios por 90 días en 1500 productos», planteó. Habrá que darle la razón y no es de extrañar de parte de un Gobierno del cual ya se empieza a popularizar que es «tibio con los poderosos».
Sin ir más lejos, después de las PASO se han anunciado grandes beneficios para sectores como las patronales del campo, automotrices o de la «economía del conocimiento», mientras que los sectores populares solo hubo migajas.
Además, como para demostrar que están dispuestos a cederle a las grandes patronales, Feletti aseguró: «Hay una vocación de seguir dialogando y si hay margen de rentabilidad muy negativo, establecer correcciones».
Por último, el Secretario apeló a la «responsabilidad empresaria», explicando que la medida está pensada para ampliar el consumo y que ganen por cantidad de ventas. ¿Qué responsabilidad se puede esperar de estos empresarios que no tuvieron problema ni siquiera en exponer a los trabajadores a contagiarse durante una pandemia, con tal de seguir llenando sus cuentas bancarias?
De alguna manera, puede decirse que el tema del trabajo y los ingresos ha copado el centro del debate electoral. Mientras unos discuten reforma laboral y recortes de derechos, y otros ponen parches de ocasión, la única propuesta de fondo la plantea el Frente de Izquierda, jornada laboral de seis horas, cinco días, con un salario que como mínimo cubra la canasta familiar. Una medida que debe ser impuesta con la lucha, panorama que de momento parece lejano a la perspectiva de la CGT, que llamó a apoyar un acuerdo con el FMI.
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