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UNA MUJER DE 22 AÑOS FUE A LA JUSTICIA –

Ayer a las 11 horas se presentó ante la fiscalía en turno Rocío (22 años). Antes de formular su denuncia, las funcionarias judiciales le leen un acto de procedimiento, el primero que tiene registro: “… las penas con las que se castiga al falso denunciante (Artículo 245 Código Penal)”.

Luego de ese acto particularísimo, Rocío señala que “ingresó a trabajar en el Área de Deportes del Municipio de Moreno porque su padre trabajaba ahí como Jefe de Árbitros”. Inmediatamente puntualiza que “su padre entabla una relación de amistad con Marcelo García (en ese momento, abril de 2016, no era presidente del Concejo Deliberante)” convirtiéndose (García) en un allegado de la familia.

Este encuadre de la denuncia, vincular y laboral, antecede a una serie de datos de registro posible. Dice la denunciante que “entre los meses de octubre o noviembre (año 2016), un día miércoles o viernes, mientras se encontraba realizando tareas laborales en el Palacio Municipal, específicamente en el Área de Deportes (primer piso del Palacio), cuando siendo aproximadamente entre las 18 y 18:30 horas, Marcelo García la llamó a su despacho, motivo por el cual se presentó en el Concejo Deliberante, a la oficina N° 21, la cual era de dos metros por cuatro, dividida en el medio por un ropero, tenía un escritorio de madera con silla, una de cada lado”.

En la descripción hay cuatro ejes de valor, que deberán ser cotejados por la fiscalía actuante (correspondería a la especializada en Violencia de Género) mediante pruebas y testimonios:

1- El Área de Deportes funcionaba en el Primer Piso de la Municipalidad

2- Tiempo: meses de octubre o noviembre de 2016.

3- Horario: entre las 18 y 18:30 horas (salvo ocasiones excepcionales, es un horario sin mayor presencia de personal en el Concejo Deliberante)

3- La oficina N° 21 correspondía al concejal Marcelo García.

Ante esa situación que describe Rocío en sede judicial, pasa al relato del hecho que involucra al actual presidente del Concejo Deliberante: “…tras hablar de temas laborales, García le dice que no se vaya porque tenía algo más para ella. Aclara la dicente que en ese momento estaba parada cerca de la puerta, preparada para irse, cuando se aproximó a ella García, quien repentinamente bajó sus pantalones y ropa interior dejando a la vista su miembro viril el cual estaba erecto. Se apoyó contra quien declara, le tomó su mano derecha y la colocó sobre su pene mientras comenzaba a darle besos en su rostro”.

Rocío, como consta en su declaración, le “pide por favor a García que la dejara, que ella no quería, que se quería ir, empujando con su mano izquierda a García quien le manifestó esto queda acá”.

Luego de este punto testimonial, Rocío expresa el daño y consecuencias que le produjo el ataque sexual que habría efectuado el concejal García:

1- Verguenza de lo ocurrido, lo que le impidió hablarlo con su familia y allegados.

2- Ataques de pánico ya que veía a García en su lugar de trabajo (Concejo Deliberante)

3- Pérdida de su puesto de trabajo a raíz del ataque y sus secuelas.

4- Tratamiento médico desde septiembre de 2017 hasta julio de 2018

5- Recién puede realizar la denuncia porque su tratamiento psiquiátrico la ayudó a poder contarlo.

Indica la parte final de su denuncia, que el Concejo Deliberante cuenta con cámaras de seguridad. Que para dar este paso, además de la asistencia psiquiátrica, tiene el apoyo de la colectividad Ni una Menos. Que es su madre (Patricia Alejandra Leguizamón) la única persona a quien pudo contarle la situación de abuso sexual a la que habría sido sometida.

Hay un último punto que merece importancia en la presentación judicial de Rocío: entrega los nombres y apellido de las profesionales psiquiatras que la acompañaron a romper el silencio y dar testimonio de un hecho gravísimo que “habría sucedido en el Concejo Deliberante de Moreno y cometido por un legislador que en la actualidad preside ese cuerpo colegiado: Marcelo García”.