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Para el libertario que gobierna su concepto de la libertad está limitado a hacer negocios y beneficiar siempre a los privados, y no tiene reparo alguno en violar sistemáticamente el ordenamiento jurídico.


A través del DNU 846, publicado en la últimas horas se le da facultades al Ministerio de Economía (Caputo), para colocar títulos de la deuda pública sin autorización del Congreso como lo establece expresamente la ley 24.156 de Administración Financiera. Pero además en el artículo 65 de la referida norma legal se establece que El PODER EJECUTIVO NACIONAL podrá realizar operaciones de crédito público para reestructurar la deuda pública y los avales otorgados en los términos de los artículos 62 y 64 mediante su consolidación, conversión o renegociación, en la medida que ello implique un mejoramiento de los montos, plazos y/o intereses de las operaciones originales.


Mediante el decreto citado, ahora las colocaciones se harán de acuerdo a los valores del mercado, borrando de un plumazo la obligatoriedad de mejorar plazo, intereses y condiciones originales.


Este es Milei, esta es la libertad para reírse a carcajadas de las normas jurídicas. Ya emitió otro Decreto (780) para limitar el acceso a la información pública, ya que no le interesa que exista transparencia en los actos del Estado, y a través de diversos artilugios, ahora se podrá negar toda información.


Es un principio elemental del orden jurídico, que un Decreto no puede modificar una ley. Al sujeto que funge de Presidente nada de eso le importa, porque su VOLUNTAD ES LA LEY, y además de los mediocres que lo circundan puede comprar voluntades a destajo ya que siempre hay personas dispuestas a venderse al mejor postor. Los legisladores radicales dieron el primer paso, y mostraron su indignidad en el obsceno festejo de Olivos, alegres por haber tumbado la ley de actualización jubilatoria.


Aclaro que estas facultades del Ministerio de Economía también constan en la ley de Presupuesto enviada al Congreso, pero parece que el apuro es mucho, y por eso dictó este decreto. de necesidad y urgencia, no vaya a ser que los legisladores no acepten la norma presupuestaria.


Se gobierna al margen de la ley y la crítica del periodismo, que salvo excepciones es débil y temerosa, la oposición pareciera que no existe, y ahí están los dialoguistas de Pichetto viendo que hacen, los radicales encerrados en su habituales internas, los de Unión por la Patria, también enfrentados unos con otros y viendo como reaccionan.


Pareciera que nadie se atreve a enfrentar con decisión al león enloquecido que quiere llevarse todo por delante, hasta el extremo de atropellar la legalidad.


Alejandro Olmos Gaona. Historiador, especialista en Deuda Externa.