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Semana del parto respetado, conjunto de actividades en una institución que pensó, diseñó, planificó una política pública vinculada desde el territorio y las comunidades. La Maternidad Estela de Carlotto.

Delia Zanlungo, directora de Maternidad y Salud Perinatal y Paola Saracco, coordinadora de Obstétricas del Ministerio de Salud provincial, estuvieron presentes en la actividad de apertura de la Semana Mundial del Parto Respetado (SMPR) en la MEC.

«Muchas formas de parir, los mismos derechos» es el lema del gobierno bonaerense, que comenzó las actividades previstas esta semana en nuestra localidad.

En diálogo con Desalambrar, la Directora de Maternidad y Salud Perinatal, Delia Zarlungo, explicó los alcances conquistados y el cambio de paradigma: «Nosotros en Argentina tenemos una ley nacional donde promueve el respeto en el parto. Y a veces uno suele preguntarse por qué hay una ley que tenga que decir que se respete, porque a lo largo del tiempo el acompañamiento en el parto fue variando y fue tornándose más desde una mirada médica, pensando en la evaluación del riesgo. Y en esta mirada más médico tradicional pensando en la evaluación del riesgo muchas de las prácticas que hacen al acompañamiento natural en el parto fueron como dejándose de lado. Si bien es importante en el proceso la atención de la emergencia obstétrica, porque reduce la muerte de mujeres, la inclusión de la cesárea, la episiotomía para facilitar el nacimiento, el problema es cuando las instituciones adoptan estos modos de atender para todos los partos, aún para esos partos que lo que necesitan es mirada afectuosa, acompañamiento, experiencia clínica, tanto sea de todo el equipo obstétrico. Nosotros hablamos del acompañamiento por el equipo obstétrico, que esto incluye enfermería, incluye obstétrica, incluye al obstetra, al neonatólogo, incluye al administrativo, incluye a la persona de limpieza. Porque pensemos que, en este caso solo maternidad, pero en hospitales generales que tienen maternidad en la provincia de Buenos Aires que es la mayoría, el parir es un acto de salud y el hospital está pensado para la enfermedad. Entonces el gran problema institucional tiene que ver en cómo incluimos y acompañamos un acto de salud, una persona puede parir porque está sana, se puede embarazar porque está sana, puede desarrollar su embarazo porque está sana en una institución que está pensada para la enfermedad»

Que gran cambio de concepto, me resulta importante valorizarlo y decir no pensar un nacimiento desde la enfermedad o desde el riesgo sino desde la salud. Es un cambio de paradigma importantísimo

Y esto es lo que cuesta en las instituciones porque uno está informada, toda la salud está pensada para atender la enfermedad. Y acá tenemos que acompañar, atender cuando es necesario, acompañar un proceso saludable. Entonces venimos trabajando en la provincia de Buenos Aires, adhiriendo a la ley en primer lugar, y generando una guía. Nosotros hicimos el año pasado, presentamos una guía de parto respetado para los equipos de salud. Esta guía que hace repensar a los equipos de salud cómo realizamos nuestra prácticas. Las personas que trabajan en el sistema de salud tienen una formación, tienen un titulo habilitante, entonces lo que intentamos es repensar los modos de asistir, los modos de acompañar y los modos de cuidar. El desafío de las instituciones de salud de la provincia de Buenos Aires es acomodarnos a lo que la persona necesita. Las instituciones sanitarias están acostumbradas a que las personas se acomoden en el horario, en la posición del parto, en la camilla, en la altura, y el desafío es cómo acompañamos acomodándonos a lo que esa persona necesita. Por supuesto que siempre evaluando el riesgo y la salud de la persona.

Tiene que ver con un cambio de mirada comprendiendo que el médico está para acompañar y no es la figura protagonista, sino que la protagonista es la persona.

Exacto. Me parece que el eje es poner en el centro de la escena la persona por parir. Y el sistema está acostumbrado en el centro de la escena la persona que asiste. Entonces es un cambio de cultura. Hoy la provincia de Buenos Aires tenemos 150 hospitales con maternidades, de los cuales 50 son provinciales y 100 son municipales. Con lo cual el desafío nuestro es que lo que pasa en La Carlotto pueda pasar, ir en un proceso largo, porque es un proceso de cambio cultural muy fuerte, ir en ese proceso, y cualquier persona en la provincia de Buenos Aires que elija parir en el sistema público pueda ser bien tratada en ésta y en otras maternidades. No es la Maternidad Carlotto la única que tiene un trabajo de acompañamiento. Hoy estamos aquí y estamos hablando de la Carlotto, pero ya hay varias, de hecho, nosotros vamos a iniciar pronto un proceso de capacitación en mínima intervención y parte del equipo docente es la experiencia de la Carlotto, por experiencia científica y por experiencia práctica.

¿Es pionera la Carlotto en ese sentido?

La Carlotto es pionera en términos de que es una Maternidad que nació con este modelo, nosotros tenemos otras maternidades en la provincia de Buenos Aires con 60, 70 años con lo cual por una cuestión cultural de la época no se hablaba de lo que se habla hoy acá. Lo que hoy nos torna natural en la Carlotto fue un proceso de deconstrucción, de deconstrucción de una nueva cultura. Lo que intentamos es recuperar las historias, recuperar los procesos de la Carlotto y pensar que uno puede acompañar, como dice el lema de este año ‘muchas formas de parir, los mismos derechos en la institución donde está’. Lo que me parece es que a veces uno piensa en el confort hotelero, en el mejor sillón y es acompañar con lo que uno tiene. ¿Se puede mejorar lo edilicio? Por supuesto. ¿Es lo mismo parir en un lugar con mejores condiciones? No, pero no es excusa la infraestructura y lo edilicio.

¿La infraestructura es limitante o tiene que ver más con una cuestión de capacitación al profesional? ¿Qué importancia cumple que el profesional adhiera a este tipo de práctica o este tipo de repensar una práctica?

Nosotros recorremos muchos hospitales y una vez un jefe de servicio hablando del parto con mínima intervención me dice: yo no sé hacer mínima intervención. Y a mí me parece que es esto que vos decís, es un proceso de aprendizaje a intervenir de otras maneras y menos. Pero todo el tiempo se interviene con la mirada, con la palabra, con el tacto, con el gesto. Lo más difícil es un cambio cultural, que ese cambio cultural a uno no se ilumina, le aparece que necesita de un proceso, en este caso del Ministerio. Yo soy la directora de Maternidad y salud perinatal, hay una Dirección de Equidad en el ministerio que hace repensar todas las políticas del ministerio con equidad de género, una de estas condiciones es el parto. Entonces el proceso y desafío nuestro es acompañar este proceso cultural con capacitación, con equipamiento, con cambio de infraestructura, con completar los equipos sanitarios. No es solo generar un cambio cultural en los equipos, es acompañar con toda una política sanitaria y el trabajo en red. Hoy la Carlotto existe y puede hacer lo que hace porque hay una red en la provincia de Buenos Aires de hospitales de mayor complejidad que puede asistir inmediatamente cuando hay una complicación en el parto. Entonces no es solo, es en red, es con cambio cultural, es queriendo a las personas, es acomodándonos a las necesidades de las personas, y es con decisión política. Porque si el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires no tiene la decisión de invertir, de capacidad, de generar días de capacitación y de reflexión en parto respetado, solo no sucede.

Hay un lema que es particularmente de la maternidad que dice: nacer mejores, vivir mejor. ¿Hay estudios que se realizan de alguna forma para saber si el parto influye realmente en las condiciones de vida y de salud de las personas tanto psicológica y física?

Hay estudios que confirman esto. Nosotros no tenemos propios del ministerio, pero sí a nivel internacional y sí a nivel de organizaciones internacionales en cómo afecta a como uno llega al mundo. No es lo mismo llegar al mundo con amor, con paciencia, cuerpo a cuerpo, promoviendo una lactancia temprana, sabemos también los efectos que tiene lo emocional, lo psicológico, no podemos dejar de pensar la salud integral y que todo esto hace al buen vivir. Y algo importante que está sucediendo también en nuestro país a partir de la sanción de la ley de interrupción voluntaria del embarazo y la interrupción legal del embarazo, que también permite que uno elija la cantidad de hijos, cómo y con quién quiere parir. De ese modo hace un encuentro distinto de esa mujer o persona gestante con un hijo deseado, planificado y acompañado a un hijo que no fue ni planificado ni deseado. Entonces me parece que todo hace a que el vínculo de construcción sea distinto entre esa mujer que decidió maternar o esa persona gestante.