«En el Hospital a mi tío lo dejaron tirado como a un perro»

Ricardo Alberto Maneiro ingresa al Mariano y Luciano de la Vega sin signos vitales. Eran las 17:40 horas del 9 de mayo. El «Ricky» queda allí a la espera de la pericia forense, sería trasladado a General Rodríguez y hasta ese momento quedaba en la morgue del hospital que depende de la Provincia de Buenos Aires

Hombre de barrio, albañil de oficio y profesión, familiares y amigos aguardaron la entrega del cuerpo para despedirlo como Dios manda. Desde el viernes pasado y hasta ayer por la tarde, tanto las autoridades sanitarias provinciales como el servicio de TRASLADO municipal, que depende de Desarrollo Comunitario, informaban que podían velar a Ricardo.

La camioneta del Municipio llega a la casa de Leila, sobrina de Ricardo. Lo que ocurrió después es el comienzo del horror. La familia quería despedirlo a cajón abierto, tal como se lo había garantizado. El féretro emanaba un olor insoportable. Se exige la presencia de la policía por considerar que «se trataba de un error», que se «habían equivocado de persona». Al abrirse encuentran una bolsa negra que cubría un cádaver en total descomposición. Identifican que es Ricardo por un tatuaje. El velatorio se interrumpe. Personal policial es quien decide y solicita que se lo retire de la casa donde se pensó una despedida. Alguien les indica que «esto no habría ocurrido si el servicio lo hacía una cochería privada».

Hoy a las 11 horas la camioneta del servicio municipal llegó al cementerio. La pregunta se repetía, ¿por qué nos hicieron esto?

¿Quienes son los responsables de no haber preservado el cuerpo y de entregarlo en un acto de flagrante violencia institucional?

¿En que área del hospital Mariano y Luciano de la Vega estuvo durante cuatro días?

¿Moreno carece de una morgue en condiciones operativas?

¿Quién pensó que llevar el féretro en esas condiciones no iba a destruir más a una familia, amigos y vecinos golpeados por la pérdida?

Entrevista con Leila, luego de despedir a su tío, Ricardo Maneiro: