ACCIÓN EN LA PLAZA SAN MARTÍN –
Hace 92 días que Facundo fue visto por última vez. Resulta particular que en los análisis e hipótesis no aparezcan tres preguntas con mayor peso: ¿por qué la Bonaerense lo detuvo al joven de 22 años? ¿Consideró que quebraba la ley – la cuarentena – al salir de su casa en Pedro Luro, rumbo a Bahía Blanca para ver a su novia, decisión que ponía en riesgo al conjunto de la sociedad? ¿Qué hizo la Policía Bonaerense con Facundo?
Como Moreno está militarizado, los equipos de calle miran con atención el casco céntrico, área comercial y zona bancaria. Es el primer día de agosto y las personas, hombres y mujeres de Autoconvocados Moreno toman posición en la Plaza San Martín. Respetan las distancias, cubren sus bocas pero eso no impide denunciar al Estado como responsable de la desaparición de Facundo Astudillo Castro. La acción provoca una mirada institucional de la fuerza que registra la manifestación ESENCIAL.
Silvina es una de las protagonistas de la actividad. «A tres años de la desaparición de Santiago (Maldonado) y ahora la de Facundo (Astudillo), nos estamos manifestando con banderas, un par de megáfonos y consignas. haciendo una revisión histórica de los hechos, hablando de los presos políticos y una serie de hechos que no tienen una visualización. Estamos en la Plaza San Martín un poco rodeados por la policía, vamos a ver como terminamos este momento. La pregunta que hacemos es Qué hizo la Bonaerense que se lo llevó en un contexto de pandemia, entonces lo que decimos que el virus es el Estado, te desaparece, a esa conclusión llegamos».
Sin el mayor esfuerzo, como si la memoria reciente hubiese desaparecido, desde la más alta figura del Estado hasta los cimientos más bajos de la institucionalidad, lo que incluye a organizaciones sociales, cuelgan en los pechos una única pregunta, desprendido del contexto y los actores. Ese tejido enraizado en supuestos avances obtenidos merece una reflexión urgente. Dice Francisco de Autoconvocados Moreno: «Está claro que el encubrimiento se efectúa como una política natural del Estado, esté quien esté en la cabeza, la rancia derecha o el progresismo del kirchnerismo. Así como intentaron encubrir la desaparición y asesinato de Santiago Maldonado ahora están haciendo lo mismo con Facundo Astudillo Castro. Eso está absolutamente claro porque no se están tomando las acciones necesarias para apartar supuestamente, preguntar y repreguntar a quienes deben responder una y otra vez, en caso de creer que el Estado sería capaz de hacer eso. NO se hizo en Estados Unidos, lo que llaman la Cuna de la Democracia tras el asesinato de George Floyd, y acá con Facundo tampoco se hizo. Las diferencias entre Trump y Alberto Fernández se desdibujan increíblemente. Al mismo tiempo la burocracia y la manera de negociar ha tenido que ver con el avance del Estado en cabeza del kirchnerismo desde hace unos quince años, me refiero a como fue cooptando el movimiento social y político que se fue generando a lo largo de la década de los ’90 y que explotó en el año 2001. Luego vinieron cinco años de independencia y autonomía, y acto seguido la cooptación de la Asociación Madres de Plaza de Mayo como cabeza de proa y entonces muchos sectores que eran luchadores hoy estén revolviendo la olla y llevando adelante las políticas estatales, generando un crecimiento de sus organizaciones en base a las dádivas del Estado».
¿Entonces la pregunta que instala el modelo acerca de Facundo remite a reducir las responsabilidades y encubrir las competencias directas?
El discurso del gobierno haciéndose cargo, entre comillas, de la desaparición de Facundo, es una estrategia muy aceitada en conjunto con las organizaciones que sostiene a este kirchnerismo híbrido que salió en los últimos años, porque justamente necesita de algún festejo para decir estamos avanzando, el Estado está reconociendo lo que antes no se hacía cargo y ahora por lo menos lo menciona. Gracias a ese recibimiento por parte de las organizaciones sociales es que el Estado lo hace pero en un sentido estratégico de encubrimiento. Es un discurso encubridor porque preguntan a los medios, a las redes sociales, funcionarios indignados e incluso el propio Presidente pregunta Dónde Está Facundo, como si ellos no tuvieran algo que ver, como si no existiera ninguna política estatal de acción concreta para averiguar efectivamente que pasó. No es eso lo que hacen, pero lo que realizan les otorga un beneficios que les sirve para encubrir.
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