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El orden ha fijado los lineamientos que ningún actor o protagonista del campo popular oficialista está en condiciones siquiera de poner en debate.

La estructura que en voces de directoras /es autoconvocados tras los asesinatos laborales de Sandra y Rubén, era responsable de someter a los arbitrios del parche la continuidad del riesgo y peligro, bajo el lema desgajado de «bancar de esa forma la escuela pública», recuperó el tiempo perdido.

Pasaron más de tres años y medio de la explosión en la Escuela N° 49 y, como era claramente previsible, las directivas no se cuestionan ni se vulneran. Si existe o persiste un grave problema de infraestructura, si los puntos super básicos e innegociables penden de alambre o hilo, pesa sobre la cabeza de trabajadores /as la advertencia que «está impedido romper la cadena de mando», caso contrario se actuará como la patronal manda: sumarios, sanciones y lo que sea necesario para fortalecer la política de «escuelas en orden».

El pasado 25 de abril, Desalambrar publica una breve nota informativa cuyo título fue: «¿Pérdida de gas en la Secundaria N° 28?».

Hubo evacuación de toda la escuela, ubicándose en la plaza de Las Catonas. La intervención de Bomberos Voluntarios arroja un informe: «No se detecta pérdida o fuga».

Clarisa Góngora, directora de la institución, evaluó con total razonamiento y desde la memoria, que era necesario reducir cualquier impacto hasta tener la certeza de la mínima seguridad.

Desalambrar llamó y envió mensajes a una de las tantas protagonistas de El Acampe y El Morenazo. No obtuvo respuesta.

El viernes 6 de mayo volvieron las alarmas. Olfato, percepción, miedo, otra evacuación, la segunda en 11 días. Esta vez la intervención de Bomberos certifica la pérdida de gas en la Escuela N° 28.

No varía el silencio de la directora a quien, por segunda vez en los últimos 11 días, le solicitamos una simple nota para que explique, informe y socialice el panorama por el que atraviesa la comunidad, alumnos /as, trabajadores /as de la educación.

Clarisa seguramente llamó a la compañera Sonia, presidenta del Consejo Escolar. Vendrá la prueba de hermeticidad, el gas queda cortado hasta que se garantice el punto básico, y las clases no deben suspenderse.

Aquella palabra empeñada en marchas y protestas es patrimonio del pasado de lucha. La crisis educativa no terminó pero los Comités, de Crisis o Seguimiento, no son necesarios. Haciendo cuentas, mirando listas y cargos actuales, las /os funcionarios que plantaron bandera en la puerta de Avenida Victorica están adentro.

Los /as que no llegaron a conquistar sus apetencias electorales pero que integran el sólido Frente de Todos, tienen la convicción que hay que «defender el gobierno» y, como manda el orden y las reglas que antes fueron vomitadas, el presente los /as convoca a «lavar los parches y trapos adentro».

El silencio es la política para que nadie piense y comprenda que las «responsabilidades» son de ellos /as… no hay que confundir a las comunidades porque las «responsabilidades son ajenas». Cualquiera que desafíe esa doctrina será pasible de la sanción ética, con los troles preparados, para mantener en alto la desmemoria.