Un encuentro a último momento se realizó entre Guzmán, Kulfas, Moroni, los dirigentes sindicales Daer, y Acuña; y el titular de la UIA, Funes de Rioja. Se conformará una mesa de diálogo y se reunirán otra vez el 5 de abril. ¿Otro acuerdo de salarios y precios?
Este jueves por la noche se realizó una nueva reunión en el Ministerio de Economía para abordar el tema de la alta inflación. Se reunieron Martín Guzmán, y los ministros de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y de Trabajo, Claudio Moroni, los dirigentes sindicales de la CGT, Héctor Daer y Carlos Acuña; y al titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja, entre otros. Según anticipó Mariano Martin en Ámbito el objetivo del encuentro fue empezar a delinear un acuerdo de precios y salarios.
Tras el encuentro los participantes se comprometieron a armar una mesa de diálogo y volver a reunirse el 5 de abril. Se firmó un acta donde se reivindicó el acuerdo con el FMI y se consideró positivo “el programa macroeconómico” que contiene. También el acta detalla que “la política productiva permite mejorar las capacidades industriales y tecnológicas en general, y de las PYMES en particular”.
Por su parte, el documento advierte sobre las “dificultades macroeconómicas” que se relacionó con el “escenario internacional abierto por la crisis en Ucrania”. Según el acta, “la inflación, hoy, es la combinación de problemas internos y de la escalada inflacionaria internacional”, concluyeron, en línea con el discurso que venía planteando el Gobierno en las últimas semanas.
El martes pasado ya hubo una reunión con los dirigentes sindicales de la CGT, y el lunes los titulares del Gabinete Económico recibieron a los sindicalistas y a representantes de las empresas. Sin embargo, no hubo anuncios de medidas concretas.
El Gobierno frente a la elevada inflación ahora pretende pactar un acuerdo social con los representantes de los trabajadores y los empresarios con el objetivo de alinear precios y salarios. El fin de este tipo de política es actuar sobre las consecuencias y no sobre las causas centrales de la inflación.
Este tipo de acuerdo ya se intentó en otros momentos de la historia nacional y siempre quedaron en la nada. Un ejemplo es el Pacto Social 1973 de Perón y su ministro de economía Gelbard que terminó estallando ante el ascenso obrero y jaqueado por la crisis económica y política. Las patronales quieren mayor libertad para remarcar los precios, frenar todo lo que puedan el reclamo de mejora salarial de los trabajadores, ampliando la brecha entre el precio de las mercaderías que venden y los salarios que pagan, lo cual les permite subir sus ganancias a costa de los trabajadores.
La lógica de fondo de este tipo de acuerdos es considerar que una causa de la inflación son los aumentos desmedidas de salarios, la clásica frase que repiten los empresarios. Sin embargo, en los últimos años los incrementos de salarios estuvieron por detrás de la inflación.
Las medidas oficiales fracasaron en contener la inflación ya que dejan intacto el poder estructural de los grupos económicos que especulan. Hay que atacar las causas de la inflación y avanzar con medidas como un verdadero control de precios a través de comités donde participen los trabajadores junto con los consumidores populares. También es necesario poner en debate la expropiación de los grandes terratenientes y el monopolio estatal del comercio exterior, entre otras medidas.
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