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Por Rodrigo Ferreiro / Fuente: La Retaguardia.- Cuando ir a la panadería da paso a una investigación periodística. Sobre todo si te impiden entrar con un barbijo verde. Un viaje desde un comercio en la localidad bonaerense de La Reja a la reivindicación del nazismo. Un ejemplo de fascismo organizado.

No todo es lo que parece, y una panadería angelical de La Reja puede convertirse en puerta de entrada a un mundo, al menos para mí, bastante turbio y desconocido. Ayer por la tarde tuvimos un incidente junto a mi compañera, a la que no dejaron ingresar a un local de venta de facturas, tortas y otras cosas por portar un tapabocas de la Campaña por el Aborto Legal Seguro y Gratuito.

Escribí al respecto en Facebook, y ayer por la noche recibí un mensaje (un dedo pulgar hacia arriba) de un tal Alejandro Bunge. No le di mayor importancia, me tiene bloqueado, pero hoy me despertaron los mosquitos y decidí rastrear a esta persona. Lo primero que aparece en los buscadores cuando se escribe “Alejandro Bunge + La Reja” (link) es que se trata del dueño de la panadería El Angelus. Sí, la del incidente. Lo segundo es más inquietante: junto a sus hijos participó, en noviembre de 2013, de una movida en la Catedral Metropolitana (link) repudiando la conmemoración de un nuevo aniversario de La noche de los cristales rotos (link) (hecho del nazismo considerado por muchos el inicio del holocausto).

Pero, ¿de dónde salió una persona que se opone a esta conmemoración? Alejandro Bunge pertenece a un colectivo ultracatólico seguidor de Marcel Lefebvre, un arzobispo francés que se opuso al rumbo tomado por la Iglesia Católica luego del Concilio Vaticano II. Forman una comunidad donde la mujeres visten con pollera larga, el pelo algo tapado y los varones siempre con pantalón largo. Militan la organización tradicional de la familia. En criollo, entre la derecha de esta gente y la pared no existe nada.

Esta organización tradicional católica tiene en La Reja un lugar llamado Seminario Nuestra Señora Corredentora, donde se dictan clases, talleres, se da misa en latín y se albergan curas que niegan el holocausto. ¿Piensan que exagero? Richard Williamson, un obispo inglés, fue su director hasta 2009, cuando fue invitado a dejar el país tras revocarse su visa luego de negar que haya existido una matanza de judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Lo reemplazó otra joya foránea, Christian Bouchacourt, máximo jerarca local del lefebvrismo, quien ha dicho, entre otras máximas, que le sorprende que los homosexuales, los comunistas, los divorciados, los concubinos o los masones notorios puedan entrar a la iglesia y gozar del entierro católico. Si sos masón, que no se te note. Lo mismo si sos puto. Lo otro ya es más difícil disimularlo, aunque es cierto que hay comunistas que se esfuerzan en no parecer serlo. 

No quiero excederme mucho más, todo lo dicho se comprueba googleando. Y, claro, sugiero: si les agarran ganas de comprar unas facturas para el mate, miren bien donde van. O, en el peor de los casos, no se pongan un barbijo verde: para algunas personas es mejor contagiarse de Covid que agarrarle el gustito al aborto.


Redacción: Rodrigo Ferreiro. Foto: Archivo Natalia Bernades/La Retaguardia. Edición: Fernando Tebele/María Eugenia Otero