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LA ACCIÓN Y EL SOSTÉN FRENTE AL HAMBRE.-

¿Qué decimos cuando hablamos de hambre? Es la pregunta que dispara la conversación con Silvia y Héctor, vecinos y organizadores del merendero “Los Megamasa” que comenzó a funcionar en 2006 con el objetivo de brindar talleres y formación a los jóvenes y hoy, mutando en su finalidad, alimenta a más de 90 niños/as.

Ambos comprenden, por haber transitado ellos mismos las carencias de lo básico, que no es solo el alimento lo que se necesita para crear un futuro que sea un poco mejor que el presente donde apenas se puede llenar la panza con comidas, que no siempre es alimento.

Comienza la entrevista con Silvia diciendo: «Hemos suspendido el merendero por no tener nada para acompañar el mate cocido, cuando esto pasa yo cazo el teléfono y comienzo a llamar a Desarrollo Social, además invierto parte de mi sueldo para comprar mercadería, es muy difícil, cada día mas porque hay mas chicos con necesidades. Comenzamos a funcionar en 2006 y el objetivo era brindar talleres de oficio para que los jóvenes aprendieran algo y cuando fueran a buscar trabajo supieran defenderse.

Hablando de su día a día, de lo que impacta, duele e impulsa, Silvia comenta que lo que más le preocupa es cuando los chicos se acercan y piden el vaso de leche, pero no es solamente eso porque en la casa también pasan necesidades los padres. Hay mamás que tienen 8 pibes y todos están en la plaza, no hay contención de ellos y tratamos de brindárselos, siempre pienso y me vuelvo  a mi infancia cuando sufría necesidades y no quiero que eso lo pase a los hijos de mis vecinos, por eso todos los días tratamos de darles un poquito mas, de hacer algo más. El otro día estaba con una silicona pegando las tiras de una ojota para que no anden rengueando. Ver chicos con pantalones cortos y sin zapatillas es algo que no debería ocurrir, entiendo que la situación está difícil pero no debería ser así.

Por su parte, Héctor comprende que alimentarse no es solo comer comentando que se puede ver malnutrición porque los chicos no comen como deberían, no consumen muchas verduras ni frutas. Hay que llenar la panza con lo que sea, lo que está al alcance de la familia. Hay organizaciones y tenemos contacto con profesionales de la salud que vienen a dar talla y peso, vacunación, zoonosis, vemos en este tiempo hay una necesidad mayor de la que pudimos imaginar. No está muy a disposición, es muy difícil reconstruir la educación alimenticia».

El médico va a la institución, dice que hay que comer verduras, ¿la hay disponibles?

No hay, nosotros mismos no lo tenemos. Tenemos harina, té, a veces tenemos grasa y leche, a veces no.

Hace poco más de una semana se produjo un recambio en los ámbitos de gobierno Nacional, Provincial y Municipal. Silvia comenta que tiene muchas expectativas en estos gobiernos, que puedan ayudar a las familias: si eso ocurre y las familias empiezan a dejar de carecer en la alimentación seríamos felices porque podríamos ocuparnos de otras cosas, de la plaza, de regar árboles… esparcimientos recreativos, que haya talleres, juegos, hablar con la Secretaria de Deportes para que nos brinden las herramientas para que ellos tengan más que una taza de leche porque queremos otra cosa para los chicos, que estén bien alimentados, comiendo en su casa, estudiando, terminando la primaria, la secundaria y que lleguen al terciario. Mirar por ellos porque van a ser nuestro futuro.

La comprensión de que alimentarse no es solo comer, y desarrollarse no se logra sólo con un vaso de leche, a veces inexistente, es el motor que impulsa día a día a muchas personas en los barrios que no se conforman con un presente de miserias sino que velan por un futuro que los contenga.

Entrevista completa con Silvia y Hector