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Aunque han pasado ya más de tres meses y medio de Gobierno, durante los cuales se aplicaron decenas o cientos de medidas lanzadas como un shock rápido y furioso, fue un escándalo en particular el que más le pegó a Javier Milei y sus funcionarios.

El mismo tuvo lugar cuando se conoció que silenciosamente el presidente se había aumentado su sueldo y el de los cargos jerárquicos del gobierno en un 48 % de una sola vez. Traducido en números: Milei pasaba a cobrar más de $ 6 millones por mes, mientras descargaba brutalmente el ajuste sobre la mayoría de la población con devaluación, despidos, tarifazos, todo en nombre de «luchar contra la casta» y bajo el lema de que «no hay alternativa». El escándalo fue tal que Milei tuvo que retroceder y ahora «solo» gana $ 4 millones mensuales, casi 20 veces más que un jubilado que cobra la mínima.

Este miércoles, el diario Clarín publicó una encuesta de la consultora CB que confirma que ese escándalo fue el que más afectó la imagen del presidente durante estos meses. De acuerdo al relevamiento, de 1271 casos en todo el país, el 70 % de la población se enteró del tema y fueron más los que no creyeron la explicación que dio el presidente (47,7 %) que los que sí le creyeron (41,1 %), mientras que un 10,9 % contestó que no sabía si creerle.

La contradicción era evidente: ¿cómo podía ser que el presidente que venía a ajustar a la casta se aumentara el sueldo mientras le pedía esfuerzos inauditos a la población? Las mentiras del autodenominado libertario quedaron al desnudo.

Hoy es ese mismo presidente -que sigue cobrando 4 millones de pesos- y sus funcionarios quienes decidieron el despido de miles de trabajadores y trabajadoras estatales, que este miércoles protagonizan una jornada de lucha. Dicho claramente: son millonarios que despiden asalariados que realizan tareas esenciales, en muchos casos desde hace más de 20 años y con condiciones precarias de trabajo. La casta despide trabajadores.

La demagogia de lo que fue la campaña electoral queda desenmascarada. No se vino a luchar contra la casta, sino a implementar un plan económico que establezca una monumental transferencia de ingresos desde los trabajadores hacia los grandes empresarios del país y el capital financiero internacional. Así, mientras pierden los salarios, las jubilaciones y todos los ingresos populares, están ganando los bancos, las petroleras, las mineras y las patronales del campo.

No por casualidad, por estas horas ha cobrado un gran protagonismo Paolo Rocca. Es uno de los más grandes empresarios del país y está copando el gobierno nacional. Entre los muchos cargos que ocupa, el grupo Techint obtuvo la Secretaría de Trabajo: allí han despedido a más de 500 trabajadores en los últimos días.

Milei y su casta de funcionarios, junto a los poderosos más grandes del país, despiden trabajadores. Hay que pararles la mano, redoblando la lucha en las calles.