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Este viernes Netanyahu fue abucheado por los representantes de la mayoría de los países presentesn en la Asamblea General de la ONU, que se levantaron y vaciaron el recinto. Netanyahu, que había hecho colocar parlantes en toda la Franja de Gaza para que escucharan su mensaje, como si fuera un campo de concentración, reivindicó el genocidio que lleva adelante.


La mayoría de las delegaciones vaciaron el recinto donde se celebra la Asamblea General de la ONU en Nueva York este viernes cuando estaba ingresando el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu.


En medio de abucheos los representantes de los distintos países abandonaron el recinto mientras fuera del edificio grupos de manifestantes protestaron contra la presencia de Netanyahu y contra el genocidio que lleva adelante sobre el pueblo palestino.


Recordando a los campos de concentración nazis, Netanyahu había hecho colocar altoparlantes a lo largo de toda la Franja de Gaza para que los habitantes que viven en medio de bombardeos y asesinatos masivos puedan escuchar su mensaje en la ONU.


Esta acción fue tan brutal que hasta el líder opositor israelí Yair Lapid comparó al primer ministro con un dictador: «Se trata de una locura megalómana impropia de un país democrático».


Dentro del recinto, Netanyahu volvió a reivindicar el genocidio que está llevando adelante y volvió a increpar a los países que en las últimas semanas y dias, tras dos años de brutal masacre, decidieron reconocer un Estado Palestino. «Tengo un mensaje para estos líderes...», dijo Netanyahu, «Su vergonzosa decisión fomentará el terrorismo contra los judíos y contra personas inocentes en todas partes, será una marca de vergüenza para todos ustedes».


Los ministros de Netanyahu ya habían salido al cruce de los países que anunciaron el reconocimiento de un Estado Palestino diciendo que eso nunca iba a ocurrir y que antes de que pueda existir cualquier Estado Palestino, Israel iba a terminar de desplazar a toda la población de Cisjordania y a convertir la Fraja de Gaza en un «buen negocio inmobiliario». Estas declaraciones no hacen más que mostrar lo utópico de una salida de dos Estados en medio de un Israel completamente radicalizado hacia la derecha y apoyado por las principales potencias occidentales durante los dos años del genocidio más brutal que ha visto nuestra generación.


El primer ministro israelí volvió a responder a las acusaciones de genocidio y crímenes de guerra contra Israel, calificándolas de «mentiras antisemitas», como lo viene haciendo desde hace tiempo. Un discurso que ha perdido total validez en todo el mundo. La amalgama de querer igualar antisionismo con antisemitismo se ha ido destrestigiando a lo largo de los últimos dos años a la par que Israel iba acusando de antisemita a cualquier persona o institución que se cuestione o critique la masacre que estan llevando adelante. La crisis se profundizó en los últimos meses a medida que las imágenes de niños y adultos desnutridos y gazatíes asesinados mientras intentaban conseguir una ración de comida, dieron vuelta al mundo.