por Alejandro Ripoll – El tango está muriendo, sentencian. Pero por alguna razón caprichosa todavía resiste. Se aferra como puede y de lo que puede: Jóvenes estudiosos preparados en escuelas, conservatorios y universidades hacen tango a su manera, tocan, componen, bailan, para un público que no es, en términos numéricos, el de otras épocas pero, que a fuerza de pasión, resiste.
Retoman a Piazzolla (como no hacerlo) pero fundamentalmente exploran y resignifican una historia musical de más de 120 años. La Fernández Fierro, 39 puñaladas, el quinteto Cachivache, el sexteto Fantasma entre tantos otros hacen tango sabiéndose parte de una tradición.
En esa larga historia hay un momento fundacional en el que el tango adquiere la identidad definitiva: al iniciarse el siglo XX el bandoneón se incorpora aportando su cuota de melancolía y profundidad emotiva. Desde ese momento quedó indisolublemente fundido al tango. No solo ya no pudo pensarse el género sin su presencia sino que el bandoneón le debe al tango su actual permanencia y vigencia. Ningún otro género en el mundo, ni siquiera la música sacra para la que fue creado, lo cobijó como lo hiciera el tango rioplatense. De manera fortuita la música ciudadana creció y se perfiló con un rasgo de dependencia que arrastraría hasta la actualidad.
Todos los 11 de julio se homenajea al bandoneón, día en que naciera hace 103 años su máximo intérprete: Aníbal Troilo.
Aníbal Troilo: bandoneonista, director de orquesta, arreglador y compositor de tango. Nació en Buenos Aires el 11 de julio de 1914 y murió el 18 de mayo de 1975. Dice Néstor Pinzón sobre Troilo «El bandoneón lo atrapó cuando lo escuchó sonar en cafés de su barrio. Tenía 10 años cuando convenció a la madre de que le comprara uno. Lo obtuvieron a 140 pesos de entonces, a pagar en 14 cuotas, pero luego de la cuarta el comerciante murió y nunca nadie les reclamó el resto. Con ese instrumento tocó casi toda su vida.» (link)
Fue Pichuco la síntesis de dos vertientes en el desarrollo del bandoneón de las que hablan los expertos: una la de Pedro Maffia, de notas ligadas, fraseos emotivos y melancólicos, y otra la de Pedro Laurenz pasional de notas cortas y agresivas. Durante las décadas del 20 y 30 estos dos referentes pusieron los cimientos de la moderna interpretación del instrumento. Antes que ellos Eduardo Arolas abrió un ábanico de posibilidades impensadas. Músicos al sur del mundo acunando en sus rodillas un instrumento alemán hecho para ser tocado caminando en procesión.
Allá por mediados del Siglo XIX Heinrich Band inventó en Alemania un nuevo instrumento musical tomando como base a la concertina y a la sombra del acordeón, creado años antes y de sólida popularidad en Europa.
Bandoneón diseñado por Heinrich Band y fabricado en 1860 según estimaciones (Colección Harry Geuns) Tiene 100 tonos y peine de zinc. Harry Geuns además de ser luthier y fabricante de bandoneones posee una colección impresionante de bandoneones y concertinas que recorren más de 150 años de historia. (link)
Carl Frederich Zimmerman hizo otro tanto, y a lo largo de la segunda mitad del siglo los fabricantes fueron experimentando para mejorarlo.
En los últimos años historiadores del tango han afirmado que fue en realidad Zimmerman quien habría inventado el bandoneón y que Henrich Band habría sido tan solo quien lo comercializara y le pusiera el nombre que terminó por imponerse.
Heinrich Band (1821-1860). Harry Geuns afirma que si bien Band no fabricaba bandoneones los diseñaba y encargaba su construcción a Carl Friedrich Uhlig, inventor de la concertina y fabricante de instrumentos, o al propio Zimmermann que fabricaba armónicas, acordeones y concertinas. (link)
Haya sido de un modo o de otro lo cierto es que el bandoneón era un instrumento que mutaba que se concebía hibrido. Cada fabricante introducía innovaciones que no necesariamente eran continuadas ni aceptadas por los otros. Las distintas versiones de bandoneón se multiplicaban.
Algunos bandoneones de la colección de Harry Geuns
En la década de 1880, con la creciente inmigración, llegan a Buenos Aires los primeros bandoneones. Ya en 1910 había encontrado su destino protagónico en el tango, siendo parte esencial de las orquestas típicas criollas. Estas circunstancias configuran un hecho muy curioso: Un producto de la cultura alemana, de la industria capitalista destinado a modernizar las tradicionales procesiones religiosas europeas, se trasplanta por azar a una región marginal del mundo que lo adopta ocupando la centralidad de un nuevo género musical profano y arrabalero. Esta apropiación cultural borró de tal modo el sentido que el bandoneón tenía en sus orígenes que las fábricas alemanas producían no para el exiguo mercado de la música religiosa sino para la exportación a un mercado exótico que crecía económicamente gracias a las vacas y el trigo y con la fuerza arrolladora de una cultura popular en formación, híbrida y cosmopolita.
Los fabricantes alemanes, tanto Ernest Louis Arnold (que produjo los bandoneones “ELA”), como luego su hijo Alfred Arnold (el famoso y paradigmático “Doble A” y “Premier”), Matthias Hohner (los «Germania» y los «Cardenal») y Meinel & Herold (los “Tres B”) producían bandoneones para satisfacer el gusto de la cultura tanguera rioplatense. Es así que la producción del bandoneón se estabilizó y se perfeccionó. El instrumento canónico pasó a ser el que ingresó al tango y se impuso a principios del SXX y la fabricación dejó de mutar tanto ya que el anclaje era muy sólido: El tango usaba exclusivamente el bandoneón de 142 tonos (38 teclas en la mano derecha, 33 teclas en la izquierda) bisonoro (llamado tradicionalmente diatónico) con peine de aleación de zinc. Esta unión indisoluble obligó a los fabricantes a mantener en producción este modelo en particular y a mejorar la calidad para satisfacer a un mercado exigente.
El mítico bandoneón «Doble A» de 142 tonos, bisonoro fabricado por Alfred Arnold, perteneciente al patrimonio de ‘La Casa del Bandoneón’
El sistema bisonoro produce en cada tecla una nota al abrir el fuelle y otra al cerrarlo. Lo que implica por un lado la existencia de dos ordenamientos distintos del teclado para cada mano, uno abriendo y otro cerrando, y por otro lado que esos ordenamientos sigan un criterio atento a facilitar ciertos acordes armónicos pero que no deja de ser algo caprichoso y caótico. Esta característica es la principal dificultad a la que se enfrenta todo aquel que quiera aprender a tocar o improvisar. Sin embargo el desarrollo de la técnica del bandoneón producto exclusivo de la labor de los intérpretes del tango, ha permitido elevar las posibilidades del instrumento enormemente.
No obstante esta preferencia excluyente del tango por el bandoneón bisonoro de 142 tonos y peine de zinc la producción de otros modelos continuó existiendo.
Alfred Arnold también produce un bandoneón muy similar al famoso «Doble A» pero para los acordeonistas franceses acostumbrados a los instrumentos unisonoros y que van incursionando en el tango que tiene temprano éxito en París. Utiliza el sistema creado por Charles Pegurí en el ordenamiento de las teclas similar al del acordeón. Los bandoneones unisonoros (tradicionalmente llamados cromáticos) aún se siguen produciendo y son muy usados.
A lo largo del siglo veinte el tango en el mundo fue interpretado mayormente con estos bandoneones unisonoros y con distintos ordenamientos del teclado ampliando también el registro de octavas. Sin embargo la tradición rioplatense mantuvo el mismo sistema desde sus inicios hasta la actualidad, salvo algún agregado o afinación distinta de alguna tecla realizada por los bandoneonistas en forma particular.
Se calcula que hasta 1938 llegaron a la Argentina cerca de 50.000 bandoneones.
Pero la Segunda Guerra Mundial marca el fin de la fabricación a gran escala de bandoneones. Debido al conflicto bélico primero y al reordenamiento en la planificación de la producción fabril de la naciente Republica Democrática Alemana después, las fábricas asentadas en Carlsfeld y Klingenthal son cerradas, luego estatizadas y finalmente reconvertidas para producir motores diesel.
Alemania- Bandoneón vs. Acordeón: Debe mencionarse que la demanda del bandoneón en Alemania venia reduciéndose drásticamente. Y que las constantes innovaciones de los fabricantes en los modelos locales buscaban mantener las ventas. Con la crisis económica y social luego de la Segunda Guerra Mundial los fabricantes de instrumentos aerófonos mecánicos, no solo en Alemania del Este sino también en Alemania Occidental, se volcaron a la fabricación del mucho más popular acordeón, más barato de construir y más fácil de tocar. (fuente)
La trasmisión del conocimiento técnico relativa a la fabricación de aquellos bandoneones fue interrumpida y finalmente se perdió. Durante los siguientes 80 años los bandoneonistas del tango tocaron instrumentos anteriores a la Segunda Guerra Mundial. En Alemania esporádicamente las fábricas de acordeones producían bandoneones más baratos (de sonido más cercano al acordeón) para la interpretación de música folk. Aún hoy existen algunos clubes de bandoneón en los que se interpreta principalmente música tradicional alemana pero también tango y música sacra.
El club del bandoneón de Carsfeld: Tiene una orquesta de bandoneones de diversos modelos, tienen una escuela y realizan actividades de difusión. Interpretan música tradicional alemana, tango y música sacra.
La ciudad de Carsfeld fue uno de los centros más importantes de fabricación de bandoneones. Allí tenía su fabrica C.F. Zimmerman. En su sitio de internet el Club del bandoneón de Carsfeld publica una interesante historia del instrumento en la que sostiene que Zimmerman fue el verdadero inventor del bandoneón y que el primer registro de la existencia de Henrich Band es muy posterior a las presentaciones en ferias industriales y patentamientos de Zimmerman. Ya era un fabricante de acordeones y un innovador en la fabricación de armónicas cuando apareció el bandoneón. Henrich Band entretanto era tan solo un comerciante minorista que publicitaba la nueva «Concertina de Zimmerman» con un nombre más comercial: «Bandonion». (link)
El bandoneón en Alemania: Hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial el bandoneón era muy popular en Alemania para interpretar música tradicional. «Luego, la cultura se americanizó» (fuente) dice Klaus Gutjahr bandoneonista y uno de los luthier más reconocidos en el mundo. En la foto Gutjahr tocando con su padre y su hermano. Para alguien acostumbrado a ver bandoneonistas interpretando tango puede resultar curiosa la forma tradicional en la que ejecutaban y aún hoy algunos músicos alemanes ejecutan el bandoneón inclinándolo hacia adelante. (video)
Hubo un intento por parte de la Familia Arnold de producir bandoneones en la década del 50 pero la calidad estaba muy por debajo de los estándares aceptables para los tangueros.
En 1949 Arno Arnold, sobrino de Alfred Arnold, instala luego de la guerra una fábrica en Obertshausen, República Federal Alemana. Habiendo quedado en la zona controlada por los soviéticos el personal técnico especializado el nuevo emprendimiento era un gran desafío. Intentaron producir para exportar al Río de la Plata sin éxito. Por otro lado el bandoneón ya no era un instrumento popular en Alemania. Imagino que, luego de un período de glorificación de la cultura tradicional alemana con el nazismo en el poder, la derrota bélica y la ocupación posterior por parte de los Aliados debió incidir negativamente en la cultura tradicional autóctona. Pero el rápido resurgimiento de la economía Alemana permitió a Arno Arnold crecer rapidamente, pero no fabricando bandoneones sino especializándose en uno de los sub-productos: en la actualidad es una importante proveedora de fuelles para la industria. (fuente) Produjo el último bandoneón en 1971. Klaus Gutjahr caracteriza a estos instrumentos como «acordeones con forma de bandoneón» (fuente).
También hubo intentos en el ámbito local como el que emprendiera artesanalmente la Casa Mariani uno de los primeros importadores y que por tres generaciones comercializó y reparó bandoneones. Durante un breve lapso, fabricó los bandoneones “Mariani”. Hoy el Museo del Bandoneón en La Reja, partido de Moreno atestigua esa rica historia (link). Con la muerte de Luis “Coco” Mariani en 2016 termina la labor de tres generaciones dedicada a la restauración y afinación de bandoneones.
También, desde hace años, y en forma artesanal se producen bandoneones en Europa: desde 1975 Klaus Gutjahr (info) en Berlín, Alemania; desde 1987 Harry Geuns (info) en Kinrooi, Bélgica; desde 1991 Uwe Hartenhauer (info) en Klingenthal, Alemania; desde 2000 Bandonion Fabrik (info) también en Klingenthal.
Hasta la actualidad en el ámbito local se han producido artesanalmente varios bandoneones sin continuidad y de forma precaria. Con todo lo encomiable que tiene la dedicación y el esfuerzo puesto la cantidad y calidad de estas producciones no permite pensar que se trate de emprendimientos que puedan cubrir la demanda de instrumentos.
El intento más serio de los últimos años es producto del trabajo del luthier Oscar Fischer al frente de La casa del Bandoneón (info). En 2013 presenta el bandoneón «FISCHER» (info)
Oscar Fischer. En una entrevista realizada en 2013 Fischer cuenta la experiencia y describe la situación del bandoneón en el contexto cultural y político del momento en los que no faltan ciertas mezquindades -: link.
El bandoneón «Fischer» es caracterizado por su fabricante de la siguiente manera: “Sistema argentino, 71 teclas, diatónico, peines de cinc, maderas con 70 años de estacionamiento, garantía y un sonido que expresa la versatilidad de los más exigentes.”
Bandoneones de origen argentino: Otros luthiers que fabrican bandoneones en el país son: – Toscano, – Angel Zullo, – Baltasar Estol, – Juan Pablo Fredes (bandoneón de estudio para niños). – La Universidad de Lanús viene investigando la producción de un bandoneón de bajo costo utilizando materiales industriales como el plástico para la máquina, para, en un futuro, producirlo en serie a gran escala. Ya ha terminado la fase de investigación y han producido varios prototipos. No son intrumentos para el uso profesional (link). También Juan Pablo Fredes y el ingeniero Carlos Amoresano vienen investigando y produciendo a baja escala un bandoneón midi, es decir que no produce sonido con aire sino que lo produce por medios electrónicos y puede ser conectado a una computadora. (link)
Debido principalmente al impulso que le dieron La casa del Bandoneón y La Academia Nacional del Tango presidida por Horacio Ferrer se sanciona la ley de protección al bandoneón lo que permite tener registrados los bandoneones existentes en el país. Luego de una venta indiscriminada de los viejos bandoneones al exterior principalmente a coleccionistas japoneses que los atesoran como piezas de museo, la cantidad de bandoneones buenos disponibles no cubre la demanda de los músicos en actividad.
Indudablemente el crecimiento del tango, la formación de nuevos intérpretes se ve perjudicada por esta escasez de bandoneones. También es indudable que para esos músicos el tango ya no es un medio de vida seguro como en épocas pasadas, cuando existían grandes orquestas que no daban abasto con el trabajo que tenían, entre los salones bailables, los teatros, la radio, la televisión… Hoy nada de eso existe para el tango. La compra de un bandoneón ya sea nuevo o usado puede ser ciertamente un obstáculo para un músico principiante y hasta para uno experimentado no consagrado.
A pesar de estas dificultades los intérpretes de tango y las milongas existen y resisten, caprichosamente resisten…
Algunos links para ponerse a estudiar:
Bandomecum (link)
Cátedra de Bandoneón – CCUNGS (link)
Otros para milonguear:
Hoy milonga (link)
Ballet Tango Joven (link)
Otros sitios interesantes:
Christian’s Tango and Bandoneon Info (link)
Todo Tango (link)
Aplicación para Ipad y Iphone (link)
Y para aquellos que ya están estudiando unos link para aprenderse el teclado:
Práctica del Teclado de Bandoneón (link)
Bandoneon keyboard (link)
MÁS HISTORIAS
Pasaje Ricardo Iorio en La Reja
Misa Criolla, inversión cultural
Diciembre cargado de Cultura