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DESDE CAME, UN INFORME DEL IMPACTO EN 185 MIL FAMILIAS –

La publicación corresponde a la última semana de diciembre y sirve por dos razones: explicarían el relanzamiento de ayudas que el propio gobierno nacional a través de su Ministro de Economía había decretado la suspensión. En segundo lugar porque desde el Ministerio de la Producción se cuestionó el informe de CAME que ya tuvo la devolución:

PRIMER ACTO

Proyectando una encuesta de CAME a todo el país, se puede estimar que en 2020 año cerraron 90.700 locales, 41.200 pymes y quedaron afectados 185.300 trabajadores. Los rubros con más cierres fueron indumentaria, calzados y decoración y textiles para el hogar.

El cierre masivo de locales fue una de las consecuencias graves que dejó la cuarentena en las pymes. Los primeros números reflejan ese impacto: el 15,6% de los locales comerciales del país cerraron, sin registro de que se hayan mudado a zonas más económicas.

La tasa de mudanza registrada apenas llega al 0,3%. Es decir, la crisis fue tan profunda que los comercios ni siquiera pudieron compensar mudándose a zonas más baratas, como suele suceder en períodos recesivos.

Las cinco provincias más afectadas por los cierres resultaron: Chubut, con una tasa de 34%; Córdoba, con 25.4% de cierres; Neuquén, con 25.2%; Tierra del Fuego, con 21.2% y Santa Cruz, con una tasa de 18.8%.

Así surge de un relevamiento realizado por CAME entre el 1 y el 18 de diciembre en 39 ciudades de las 23 provincias del país y CABA. Con un equipo de 33 encuestadores, se relevaron 82.629 comercios en 1500 calles. De ellos, 12.843 estaban cerrados y vacíos, afectando a 28.300 empleos. Las más perjudicadas fueron las galerías comerciales, donde la tasa de cierre alcanzó a 23%.

Otros datos relevantes que surgen del informe:

1) En el promedio país, cerraron 9 locales por cuadra.

2) La Patagonia resultó ser la región más afectada, con 22,7% de locales cerrados. En cambio, el NOA fue la zona menos perjudicada, con 11,5%.

3) En el caso de las galerías, hay provincias como Chubut con el 77,6% de locales cerrados; La Pampa con 63,6% o Formosa con 55%. En el otro extremo se ubica Salta con solo 9,1% o Corrientes con 10,6%.

4) Proyectando los datos del relevamiento a todo el país, se puede estimar un total de 90.700 locales vacíos, con el cierre de 41.200 pymes, que involucra a 185.300 empleos.

5) No todas esas pymes darán de baja sus CUIT. Se espera que, en los próximos meses, si todo se normaliza, de a poco vuelvan a reaparecer un porcentaje de ellos en la misma u otra actividad. Hay que recordar que es probable que el empresario pyme, aun en el peor momento, vuelva a levantarse y reiniciar su negocio, pese al daño ya consumado tanto para él, su familia, la de sus empleados, así como para el país.  

6) Aunque por el alcance de este relevamiento no pudo cuantificarse, se dio el fenómeno de que, en las ciudades medianas y chicas, donde la gente se conoce, muchos locales y pymes cerraron y pasaron a la informalidad. De este modo, por ejemplo, muchos comenzaron a vender en sus casas o por redes, aprovechando que sus clientes y la comunidad los conocen y rápidamente ubican su nuevo punto o modalidad de venta.

SEGUNDO ACTO y LAS OCHO ACCIONES

Desde la página oficial de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), se publica hoy un texto dirigido a responder los cuestionamientos del Gobierno Nacional sobre el comunicado de prensa emitido por nuestra entidad titulado “Hay un promedio de 9 locales comerciales vacíos por cuadra en todo el país”. 

A continuación, transcribimos los conceptos volcados en las cartas enviadas al ministro de Desarrollo Productivo de la Nación, Matías Kulfas, y al director del Centro de Estudios para la Producción (CEP XXI), Daniel Schteingart:

En diciembre pasado, con el único objetivo de mostrar la difícil realidad que atraviesan las pymes, CAME lanzó un relevamiento para medir locales cerrados en el país.

El resultado de ese estudio fue duro: sobre 82.629 comercios relevados en 1500 calles de 39 ciudades, 12.843 estaban vacíos. El mayor problema fueron las galerías comerciales, donde la tasa de desocupación es altísima: el reporte arrojó un promedio de 9 locales cerrados por calle en las 1500 relevadas de las 39 localidades del país.

Estos resultados provocaron fuerte repercusión, como los tuvieron a mitad de año relevamientos similares de reconocidas entidades profesionales o pymes.

Como toda información que brindamos desde CAME, el propósito siempre es contribuir a definir políticas que mejoren la situación de las pymes. Por eso lamentamos que en lugar de utilizar los valiosos datos recolectados recorriendo las calles del país, desde el Centro de Estudios para la Producción (CEP XXI) se haya destinado tanto tiempo y recursos a refutarnos, con un informe de 8 carillas, en el que además se cometieron errores importantes. Algunos por falta de comprensión en la lectura de nuestro comunicado, otros por desconocimiento de la dinámica pyme y otros por confusión de conceptos.

Entre los desaciertos que presenta el informe difundido por el CEP XXI, se encuentran:

  • Error 1: se confunde locales cerrados con cierres de empresas. Una pyme puede tener 5 locales y cerrar 3. Por eso CAME desglosa cierres de pymes y cierres de locales.
  • Error 2: se mezclaron cierres de empresas con bajas en la seguridad social o CUIT. Como se dijo en el punto 5 de nuestro comunicado, “no todas esas pymes darán de baja sus CUIT. Se espera que, en los próximos meses si todo se normaliza, de a poco vuelvan a reaparecer un porcentaje de ellos, en la misma u otra actividad”.
  • Error 3: se dice que “CAME da por sentado que el cierre de locales comerciales equivale al fin de la actividad productiva de la firma”. Decimos exactamente lo contrario. A lo que se mencionó arriba, se lo reforzó diciendo “Un fenómeno que se da, aunque por el alcance de este relevamiento no pudo cuantificarse, es que, en las ciudades medianas y chicas, muchos locales y pymes cerraron y pasaron a la informalidad, a vender en sus casas o por redes, aprovechando que sus clientes y la comunidad los conoce y rápidamente identifica su nuevo punto o modalidad de venta”. Nuestro comunicado solo tenía una carilla, pero se omitió la lectura de ese punto y en cambio, se dedicaron 2 párrafos a explicar que no tuvimos en cuenta ese fenómeno.
  • Error 4: el relevamiento de CAME midió “locales comerciales”, como especificó el comunicado, que es diferente a medir solo al “sector comercio”, como hace el CEP XXI. Es sabido que cuando se relevan locales vacíos, es imposible diferenciar si en ese lugar operaba un local de servicios técnicos, de ropa o un gimnasio.
  • Error 5: cuando los técnicos del CEP XXI cuantifican los CUIT, locales y empresas que cierran, omiten la cantidad enorme de locales informales derramados en el país, incluso en las arterias comerciales más importantes. Nuestros relevamientos no pueden diferenciar si ese local cerrado era formal o informal y por eso encuentran diferencias. Nuestra sugerencia es no usar solo la base de AFIP o seguridad social para medir lo que sucede, sino salir a la calle a relevar, preguntar u observar. Eso no pasaría si se controlara la informalidad.
  • Error 6: el informe de producción sostiene que no se aclara si esos locales cerraron antes de la pandemia o después. Claro que incluye a todos. El título del comunicado es preciso: “el 15,6 % de los locales comerciales del país están cerrados” y en el punto 4 lo mismo: “Proyectando los datos del relevamiento a todo el país, se puede estimar un total de 90.700 locales vacíos…”. Más allá de que alguna frase se haya prestado a la confusión, cualquier conocedor de la calle y la dinámica comercial, sabrá que es imposible diferenciar si el cierre es nuevo o viejo. Pero hagamos cuentas: entre 2018 y 2019 cerraron 26.950 empresas. No locales, sino empresas. Pensando intuitivamente, ¿podemos creer que con esta pandemia solo cerraron 4.992 comercios como dice el CEP XXI, siendo que ese rubro fue de los más afectados? Como dijimos antes: a) cierre de empresa no implica baja de CUIT; b) las 41 mil pymes cerradas incluyen a todos los rubros y no solo al comercio, como malinterpreta el CEP XXI.
  • Error 7: en ningún momento CAME habla de despidos, sino de ocupados afectados, entre los que se incluye a los dueños de esas 41 mil empresas que cerraron, que pueden ser 2 o 3, a empleados despedidos, empleados con recortes de sueldos o de horas de trabajo. Muchos ocupados pasaron a la informalidad, como indicó el INDEC en su último informe de empleo.
  • Confirmación de nuestros datos 1: el Colegio Profesional Inmobiliario porteño señaló ya en junio que solo en CABA, el 22 % de los locales habían rescindido el contrato de alquiler.
  • Confirmación de nuestros datos 2: según FECOBA, cámara socia de CAME pero independiente, de un relevamiento entre 45.500 locales en 184 arterias comerciales de CABA, la tasa de cierre subió de 9 % en 2019 a 15 % a fines de 2020. Se relevaron 21 mil locales cerrados.
  • Confirmación de nuestros datos 3: otra de las mayores cámaras de comercio del país también expresó en números al fenómeno. En el primer bimestre de 2020, antes de la llegada del COVID-19, los locales cerrados crecieron 13 % anual, y a fines de junio, ya había 16.000 con cartel “se alquila” en el interior del país (sin CABA). Incluso se alertó que 100.000 locales cerrarían en todo 2020.
  • Confirmación de nuestros datos 4: otro dato intuitivo es que, si entre 2013 y 2015 la tasa promedio de locales vacíos fue 6,8 % como dice el CEP XXI, con la profundidad de esta crisis y el tendal de cierres visto en las calles, la tasa de 15,6 % llega a ser incluso moderada.
  • Falla en las cuentas 1: en el último párrafo de la página 3, el CEP XXI sugiere que es imposible que en 12 días hábiles 33 encuestadores hayan relevado 82.629 comercios, porque serían 2.500 comercios por encuestador. Esa cuenta es errónea. Se calcula por calle. Lo correcto es que en 12 días hábiles cada encuestador caminó en promedio solo 4 calles.

En sus críticas, el informe oficial también desmerece nuestras mediciones de ventas minoristas mostrando el sesgo de negatividad de las pymes cuando informan la evolución de sus ventas. Desde CAME conocemos perfectamente ese efecto y se lo explicamos siempre a quienes nos consultan. El sesgo inverso ocurre cuando el ciclo es positivo.

Consideramos que ese sesgo no debería ser utilizado para desmerecer nuestros datos, sino aprovechados para sacar patrones de comportamientos sobre las pymes. Pero incluso así, hay que ser cuidadosos al comparar: el CEP XXI mide evolución en la “facturación” para todo el universo pyme sobre datos de AFIP, y CAME mide la evolución en las “cantidades vendidas” sobre una muestra de solo 1.100 comercios.

Dedicar tanto tiempo y capital humano a refutar cada línea de nuestros datos y cometiendo más errores de los que pueda tener nuestro informe, no tiene demasiado sentido. Conocemos los puntos débiles de la información que brindamos y vamos mejorando año tras año. Quizás sería valioso que puedan acompañar mensualmente nuestros datos corrigiendo los sesgos, algo posible con una serie de ventas de tanta antigüedad como es la de CAME.

La pandemia nos tomó a todos por sorpresa. No es culpa del Gobierno. Es una pandemia internacional. Nuestros estudios buscan reflejar su impacto en las pymes para que podamos, Gobierno y empresas, trabajar en conjunto y pensar cómo salimos al menor costo posible.

No queremos caer en la misma confusión de escribir 8 páginas para justificar lo que la realidad muestra. Solo pedimos 8 acciones: que nos escuchen, que nos entiendan, que nos atiendan, que nos consulten, que nos participen, que nos ayuden, que nos respeten, y que reconozcan en acciones y no solo en palabras, el valor de las pymes para el desarrollo local.