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Luego de iniciadas las campañas de vacunación contra el Covid-19 se planteó que les no vacunades eran un peligro para la población en general. Se dieron hechos de ataques estigmatizantes, culpabilizadores y discriminatorios, en nuestro país y en todo el mundo. Uno de los casos más paradigmáticos y conocidos fue el del tenista Novak Djokovic que fue excluido del Abierto de Australia 2022. Otros casos de discriminación a personas no famosas ni millonarias tuvieron consecuencias mucho más graves para sus vidas que debieron ser evitadas.

Cierto sector del periodismo, incluso algunos especialistas y funcionarios sugerían, de manera ambigua, (y aún lo siguen haciendo) que la vacunación sería necesaria para disminuir los contagios y cortar así la circulación del virus. Pero ¿evitan las vacunas los contagios?

Hay un amplio consenso en la comunidad científica: No, las vacunas no evitan los contagios ni disminuyen la circulación del virus SARS-CoV-2. Según los especialistas, lo que las vacunas sí permiten es bajar considerablemente las probabilidades de sufrir la enfermedad con síntomas graves, con internación y muerte.

Las declaraciones en este sentido son abundantes. Como ejemplos citaremos a varios especialistas entrevistados por la revista española Science Media Centre en un artículo publicado el 13/10/2022:

José Alcamí, Virólogo e investigador principal del estudio sobre pautas heterólogas CombivacS, Instituto de Salud Carlos III:

«Lo que los estudios demuestran, y así lo dicen en las publicaciones, es que las vacunas protegían de desarrollar síntomas, leves o graves, es decir, protegían frente al desarrollo de enfermedad sintomática o muerte.»

José Gómez Rial, Inmunólogo del Hospital Clínico Universitario de Santiago, Hospital Clínico Universitario de Santiago:

«El objetivo de toda vacuna es evitar la muerte, la hospitalización y la enfermedad grave, nunca evitar el contagio.»

África González-Fernández, Catedrática de Inmunología, directora del Centro de Investigaciones Biomédicas (CINBIO) y expresidenta de la SEI, Universidad de Vigo, Sociedad Española de Inmunología:

«La mayoría de las vacunas no evitan la transmisión del patógeno frente al cual se quiere actuar; lo que hacen es proteger de la infección grave. No son ‘esterilizantes’.»

Ignacio J. Molina Pineda, Catedrático de Inmunología, Centro de Investigación Biomédica, Universidad de Granada, Universidad de Granada:

«Conseguir una vacuna que interrumpa la transmisión sería ideal, pero hasta ahora no se ha conseguido con ninguna de las que se han desarrollado por la complejidad que ello conlleva. Por contra, se han conseguido vacunas que potencian enormemente al sistema inmunitario y que son sumamente eficaces en prevenir una COVID grave.»

Sonia Zúñiga, Viróloga del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), CSIC:

«Desde el principio, por los resultados en modelos animales y por la propia vía de administración, los científicos advertíamos de que estas vacunas eran muy buenas en evitar la enfermedad severa, pero no la infección.»

Es importante señalar que en la Argentina sigue vigente la ley 26.529, conocida como «ley de derechos del paciente». Según el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación (link), esta ley garantiza entre otros derechos los siguientes:

1. Derecho al consentimiento informado:
Después de que el médico te explica claramente cuál es el tratamiento recomendado, sus beneficios y sus riesgos, te pregunta si lo querés aceptar. Esa aceptación se llama “consentimiento informado”.
Podés hacer todas las preguntas que quieras al médico antes de dar tu consentimiento para un tratamiento o intervención médica. Sólo en casos excepcionales los médicos pueden atenderte sin tu consentimiento. Eso puede pasar cuando 1) Existe grave peligro para la salud pública. 2) Está en grave peligro tu salud o tu vida y no podés dar tu consentimiento ni lo pueden dar tus representantes legales.

2. Derecho a negarse a recibir tratamiento:
¿Puedo negarme a recibir tratamiento? Sí. Siempre podés negarte a recibir un tratamiento médico. Nadie puede obligarte a dar explicaciones por eso.

No es un argumento el posible desborde del sistema de salud. La ley obliga al Estado a garantizar el derecho a la libre elección del/a paciente en relación a qué riesgos prefiere correr: los riesgos de no vacunarse o los riesgos de recibir las 5 dosis de vacunas recomendadas.

Estos son derechos vigentes desde hace 14 años aunque algunes prefieran olvidarlo.