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Desde miércoles 24 hasta el domingo 28 de abril de 1946, los pilotos de automovilismo Ángel Lo Valvo y Ángel Luis Pascuali, llevaron a cabo en Moreno la prueba de las 100 horas. No eran dos desconocidos, Lo Valvo fue el primer campeón argentino de turismo carretera y Pascuali, apodado el poeta, un destacado piloto de brillante trayectoria.

A causa de la Segunda Guerra Mundial, Argentina sufrió la falta, entre otros muchos insumos, de cubiertas y combustibles para automóviles, esto provocó la paralización de la actividad deportiva automovilística durante varios años, que se extendió a parte de la posguerra.

La última competencia nacional de automovilismo, de importancia, había sido el Segundo Premio Ciudad de Santa Fe, disputado en 1942. 

Las ansias de competir, de tomar contacto con el volante y vibrar con la velocidad, fue lo que motivó a “los ángeles” Lo Valvo y Pascuali a realizar su epopeya deportiva, de conducir cien horas consecutivas.

Un colaborador, el piloto de planeadores Raúl Delpiano, ubicó desde el aire un gran óvalo. Resultó ser el actual Barrio Parque Gaona, ubicado entre la Ruta 23 y el Acceso Oeste.

Bautizado como “circuito Gaona”, el escenario para la prueba era una gran rotonda de 2.574 metros, con piso de ripio empetrolado, colocado por la municipalidad, totalmente despoblado y sin árboles. En ese momento se estaba realizando el loteo del actual barrio.

Lo Valvo y Pascuali se las ingeniaron, pese a la clausura de las importaciones, para conseguir un coche MG, de origen inglés, de 1.200 centímetros cúbicos, proveerlo de combustible y equiparlo con los neumáticos adecuados.

El piloto de Alfa Romeo, Carlos Arzani, actuó como comisario deportivo. El mecánico fue Rodolfo Raba y el ayudante Felimondo Campetella. La prueba fue trasmitida por el célebre relator de automovilismo Luis Elías Sojit, aquel que hizo famosa la frase ¡coche a la vista!.

Durante los cuatro días que duró la prueba no paró de llover, pese al mal tiempo, gran cantidad de vecinos siguieron sus alternativas.

La señal de partida fue dada por el comisionado municipal Arturo Petrolini.

En el llamado circuito Gaona, “los ángeles” completaron 3.306 vueltas, equivalentes a 8.511,627 kilómetros, con un promedio de velocidad de 85,116 kilómetros por hora. Numerosas fueron las peripecias sufridas, a las 27 horas Pascuali pinchó una goma, a las 42 Lo Valvo cambio bujías y una rueda, a las 57 horas esta vez Lo Valvo tuvo serios problemas con la capota del coche a causa de la torrencial lluvia y el fuerte viento. Hasta un principio de incendio soportaron.

De haberse corrido con buen tiempo, habrían obtenido mejores resultados. Sin embargo, mejoraron todas las marcas y batieron el récord de cien horas de conducción.

Los cuatros días, cuatro noches y cuatro horas de intensa actividad automovilística practicadas en tierras morenenses, se convirtieron en la primera prueba de posguerra que permitió salir del ostracismo y la parálisis al automovilismo deportivo nacional. Recién en noviembre de 1947, con el Gran Premio Internacional, la actividad volvió a cobrar vida, por supuesto Lo Valvo y Pascuali fueron de la partida.