VIENE DE ANTES Y SE ADAPTA A UN PROTOCOLO HUMANO –
Cuando la rutina era NORMAL y el trepidar de pasos con destino seguro anulaba la visión, un grupo de jóvenes acercó el plato de comida que alimenta la solidaridad a los /as invisibilizados /as.
Ahora que las calles están semi desiertas, cuando cae la tarde, la cita es la misma pero con otros ingredientes. La preparación es individual, signo de cuidado y respeto por el aislamiento obligatorio. Un automóvil traslada las viandas hasta la Plaza Mariano Moreno. Ahí están ellos y ellas, el Rugiste Solidario en tiempo de COVID -19.
Valentina puede contar o describir el actuar para aquellos que no tienen techo y, hoy, para todos /as que sienten el hambre: «Nosotros contábamos con mercadería que tenemos por medio de donaciones y alimentos que nos fueron acercando distintas personas particulares, en esta oportunidad nos volvió a entregar un poco Desarrollo Social. Estamos haciendo nuestra parada los días martes a las 18:00 horas en la Plaza Mariano Moreno, pero lo hacemos en conjunto con otras ollas que paran en el mismo lugar y hora, que se organizan de distinta manera. Nosotros lo que estamos haciendo es cocinar en la casa de uno de los chicos, porque como no nos podemos juntar para hacerlo nosotros como lo hacíamos habitualmente donde nos juntábamos las doce (12) personas. Centralizamos la cocina en las casas particulares de los chicos y vamos a buscar las viandas que ya están armadas, que se cierran con papel film para que sea más fácil limpiar y desinfectar. Básicamente esa es nuestra tarea, solíamos estar dos o tres horas en la plaza hoy estamos solo una y no mucho más que eso porque el contacto con el otro es un poco complicado».
A las seis de la tarde frente a la Municipalidad, ¿se acercan solo las personas en situación de calle o familias que están en la zona esperando el colectivo?
Se acercan los dos. Las personas en situación de calle con las que ya colaborábamos antes, pero abrimos la olla para aquellas personas que si tienen techo pero que les cuesta sostener el plato de comida. Desde que empezó la cuarentena nosotros ya habíamos colaborado con mercadería, particularmente a un par de familias, pero el primer martes se acercó una que tenían siete hijos, otra cuatro, nosotros no ayudábamos a familias particulares. Otros grupos que colaboran en las calles nos comentaron que ya habían estado entregando a más de ciento cincuenta personas. La situación que está pasando en los barrios hace que sea necesario reconvertirse.
El covid-19 cambia y altera el objetivo de ustedes, hoy es el hambre y que cuando hay una olla o viandas esa posibilidad se toma
Si, definitivamente. Y el tema en las redes sociales permite visualizar o conectarse de una forma distinta, entonces hay personas que se contactan con nosotros por una red social o un número de teléfono y que después nos agradecen y nos dicen “Yo hoy comí por ustedes”.
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