DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS, UN HOMBRE QUE ESTÁ DE PIE –
Es, hasta aquí, sobreviviente de todos los estadios donde el Estado hizo la tarea. Derechos negados, vulnerados, simulación de promesas, una arquitectura del poder real que monta las paredes del muro elástico, del encierro, antes de la pandemia. En o por las calles, Ariel anda sin deambular. Su lenguaje es respetuoso, las palabras fluyen con sentido, justas, medidas, reveladoras:
¿En dónde estás viviendo hoy?
Mi lugar de vida es estar en la calle, hace 7 años vengo peleando por mi casa, ya no sé qué hacer, tengo tres intentos de suicidio y tengo casa, me avalan los vecinos.
¿Vos tenés una casa?
Tengo.
¿Dónde está?
En Brasil y Gutiérrez, Jardines II, enfrente de la Ruta 25, a una cuadra
¿Qué pasó?
Me la vendió un tal Oscar Héctor Flores, apodado (Waca), vive a una cuadra y media, él ahora está en su casa tranqui, tengo un par de vecinos que lo conocen y ya conocen la movida por eso salen a favor mío. Él fue y sacó a un vecino cuando yo estaba privado de mi libertad, cuando me las mandaba como todo pibe. Ahora ya cambié, tengo 46 años, él me la vendió a los tiros sacando a la familia que venía atrás mío que me conocía de chico que se quedó a cuidar. Le dijeron “cuando venga Ariel vas a tener problemas” y en estos 7 años no hice ningún problema. Tengo una dirección en Capital para hacer la denuncia en la UFI 5 por los movimientos que no se hicieron.
¿Mientras estabas privado de tu libertad te arrebataron la casa?
Me arrebataron la casa en ese momento. Con todo el tema del Coronavirus uno no sabe más que hacer, me pongo a vender cosas acá, cirujeo, chatarreo, tengo que sobrevivir de alguna manera.
¿Volviste al barrio?
Vuelvo, todos los vecinos me dicen “Hola Ariel, ¿Cómo andás? ¿Tenés yerba? Acá tenés, si tenés que hacer una reunión acá con la prensa no hay ningún problema, salimos de testigo tuyo”. Me conocen, me vieron criarme ahí muchos años.
¿Viviste muchos años en esa casa?
Sí, me crié de chiquito, me vieron crecer todos los vecinos. Es feo estar como yo estoy ahora.
¿Quién vivía con vos cuando eras chiquito?
Mis padres, mi papa falleció primero, me quedó claustrofobia con impulsos nerviosos, si no fuera por la vieja no estaría como estoy. Me agarran nervios y atino a cortarme, tirar mis cosas, rociarme, ella no te puede mentir, fui con bidón de nafta hasta allá y todo, me desespero ya.
Hoy ¿quién está viviendo en tu casa?
Un peruano, transa de Flores, andan y punguean a la gente celulares y lo que venga.
¿La Justicia? Para vos como para tantas personas no existe, esa era tu casa, te criaste ahí con tus padres, estuviste privado de tu libertad y cuando volviste ese ya no era tu lugar. Tiene que haber algo de Justicia o una causa
Hasta ahora no sé qué fiscal, no nos atiende ninguno, cuando nos dicen algo nos mandan de un lugar a otro y nos tienen como pelotitas de ping-pong, uno se cansa. Desde el 2014 vienen llevando causas y están esperando que uno haga lio y se desate, vaya en cana por una boludez que no tiene nada que ver. Tengo una banda que me avalan, son 10-15 y estoy todos los días ahí, me dan de comer, agua caliente, los vecinos se mueven a ayudarme porque me porto bien con todos ellos.
¿Vivir o sobrevivir en la calle?
Sobrevivir más que estar viviendo en la calle, la gente no entiende esto. Los que están en la calle chupan frío y tienen hambre, ellos están calentitos, no sufren lo que sufrimos nosotros. Alguna gente es buena y otra te hace a un costado y te discriminan, me lo hicieron banda de veces, llega un límite que uno explota y no sabés qué hacer en ese instante. Te comés la bronca hasta que explotás y te lo agarrás con el que menos tiene que ser, no es así. Tampoco quiero hacer lío para volver, no me gusta.
Con la pandemia, la policía que trabaja para que nadie pueda circular, ¿Qué ocurrió con vos?
La policía con esto de la pandemia me corrió dos o tres veces y me fui, me clave una reja por saltar para irme, después no me molestaron más, “este ya vive en la calle, no lo molestemos”, dijeron.
¿Te ofrecieron ir al dormis o los lugares que el Municipio tiene?
Fui a los dormis pero no quiero estar ahí porque se pudrían entre ellos, se roban y es para pelea, ya me pasó por eso prefiero estar en la calle.
¿Es más seguro estar en la calle que en los dormis?
Sí, me siento más seguro acá en la calle, es un bondi ¿pero qué vamos a hacer? Es largo esto.
¿Qué es lo que te mantiene en pie? Hablás con firmeza, honestidad y fuerza
La pelea de la casa de mis viejos, esa no se la voy a dar a nadie, los peruanos quisieron arreglar conmigo. “¿Cuánto queres por la casa?”- Yo les dije que no la vendo, esa casa es mía, es más hablé bien con la señora y el marido que estaba en cana en ese momento por robarse un celular, le dije que no había negocio porque ahí habían muerto mi padre, mi madre, ahí me crié y voy a morir yo. Me dijo “bueno, está bien, vamos a hacerlo con abogados”, vamos a hacerlo así, yo ya cerré todas las cuentas de luz, gas, agua y todo lo que quieran poner ahí, está todo cortado para pagar, no pueden hacer nada. Tengo fotos de cómo están construyendo, mi casa era pobre, sencilla y humilde.
Te pregunté si la casa está a nombre de tu padre y me dijiste que sí, que estaban los papeles
Sí, está todo a nombre de mis padres, tengo todos los papeles donde figura la tierra a nombre de mi vieja y soy el único, estoy peleando por eso, por lo que quiero.
¿Hace cuánto estás en la calle?
Siete años.
¿Qué ves en la calle?
Mucho vandalismo, inseguridad, se confía muchas cosas que la gente no ve y nosotros vemos más que ellos, la gente deja pasar por alto a la pequeñez pero por esa pequeñez pierden muchos la vida. Hay muchas cosas injustas en la calle, uno ya está pillo, ya vive acá y sabe cómo se mueve, a muchos los quemaron durmiendo con alcohol fino, hay gente que se prostituye para comer, los chicos con las madres… esas cosas no las ven, nosotros las vemos y nos ayudamos entre nosotros los que estamos en la calle, es la ley del más fuerte. Tenemos que ayudarnos entre nosotros, vienen los siervos como a las 7-8 a traernos la vianda, todo eso lo hace el de arriba, hay que tener fe y aunque caigamos al piso volver a levantarnos, no nos podemos quedar porque si no perdemos.
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