Fuente: Revista Crisis –
ECUADOR – El correísmo, o la Revolución Ciudadana, se han convertido en el chivo expiatorio favorito del Gobierno Nacional, aparecen y desaparecen junto a instructores cubanos, guerrilleros colombianos y chavistas infiltrados, en una suerte de gran puesta en escena para reducir el carácter popular del Paro Nacional. Resulta entonces, que la insurrección que sacudió al país entero, desabasteció las grandes ciudades y paralizó la economía nacional, fue una jugarreta más de Rafael Correa y sus coidearios, quienes con suprema habilidad, quienes guiaron un movimiento en el que prácticamente no existen.
De esta forma, Moreno durante el “diálogo” entre el Gobierno Nacional y el “sector” indígena, tal como fue nombrado el evento por las voces oficiales del Estado, dedicó más tiempo a atacar al correísmo que a buscar soluciones a la problemática que motivó el Paro Nacional, las medidas económicas impuestas al país por el Fondo Monetario Internaciona (FMI), popularmente conocidas como el “paquetazo” o el Decreto 883.
Es así que Moreno se alinea con el discurso anti correísta de Lasso y Nebot, creando una gran muralla comunicacional que desvía el problema de fondo: el coste económico y social para los sectores populares de las medidas económicas. Además, es una clara reproducción de la racionalidad colonial, al reducir toda la actividad creadora y movilizadora del levantamiento indígena, a una concepción del mundo desde el correísmo, que es diametralmente opuesta a la cosmovisión de los pueblos y nacionalidades.
Entonces ¿dónde estuvo el correísmo en el Paro Nacional? Sus principales figuras, desde el mismo Rafael Correa, algunos asambleístas nacionales e incluso autoridades de GAD´s, trataron de desenmarcar el reduccionismo tendencioso de Moreno para con el Paro Nacional. Sin embargo, los demorados y a veces inexistentes golpes de pecho del correísmo ante la criminalización de la protesta social, so pretexto del combate a los grupos corporativistas, han abierto una grieta profunda y difícil de franquear, y que en estos momentos se expresa en el claro rechazo desde la dirigencia y bases del Movimiento Indígena a cualquier relación con este, así como la reducción del levantamiento a una conspiración correísta-castrista-chavista. Por otro lado, algunos sectores de las bases de la Revolución Ciudadana, a título individual o colectivo, se movilizaron en las calles, sin que esto haya aportado significativamente al desenlace de la paralización.
Finalmente, y en forma de hipótesis, creemos que posiblemente tras el Paro Nacional, el levantamiento indígena, el resurgimiento de experiencias concretas de poder, de ejercicio de la auto defensa y el control del territorio, crean las condiciones para una nueva etapa en el desarrollo de los movimientos sociales, las minorías revolucionarias de izquierda, y en general de la lucha de clases en nuestro país, contribuyendo directamente a la superación definitiva de la dicotomía correísmo vs. anti correísmo.
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