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Abre la puerta de su casa y el corazón palpita cada recuerdo. La vivienda del barrio 25 de Mayo preserva una caja con fotos, una rica historia de cuadriláteros, de luchadores que hicieron vibrar al pueblo argentino en noches épicas.


«Curita» Olivar Amarilla subía al tren a los ocho años para poder vender. Allí aprende a pelear en pos de sostenerse en los «vagones del Sarmiento». En Merlo conoció a enormes boxeadores y por su capacidad, resistencia, profesionalismo, estuvo al lado de Carlos Monzón, «Mano de Piedra Durán», Pepe Balbi.


Recuerda una pelea con derrota, de llegar al camarín, estar solo y el maestro enseñando: «En las buenas están todos, no hay que olvidarse nunca del respeto, la humildad y los códigos».

Curita reflexiona profundamente. «Si volviera a nacer no elegiría el boxeo». De lo que está seguro es que nunca dejaría de ir al tren, para vender, vivir, sentir… como lo sigue haciendo.

Entrevista completa en Desalambrar Tv: