Por Pavla Ochoa –
El lugar donde funcionó el Fek 67 Bis, que ahora parece una escenografía de una ciudad apocalíptica, generó que bandas del rock gocal, como El Gorro, Mozambique Reggae, Blanca Flor, El Bizcocho, Hi-Fi, El Rastrillo, los Hongos Sagrados, Poker de Blues, El Gurú, Diego Boris y La Resistencia, Normal 47, La Purga, Los Autistas, Tía Puerca, Galileo, Salsa y Champignon, El Mate, entre otras, se mezclarán con artistas plásticos como Waldemar Moreira o Marcelo «Topo» Evangelista o escritores locales y vecinos y vecinas que asistían al taller de baile de tango entre semana.
El Fek – 67 Bis, que tenía ese nombre por el artículo 67 bis de la Ley de Matrimonio Civil (ley 2393) que era una norma procesal que establecía un procedimiento especial de divorcio para cuando ambos cónyuges solicitaban conjuntamente la disolución del matrimonio, fue un lugar muy importante para la cultura morenense. Aún su existencia persiste en la memoria colectiva de la comunidad.

Quedará en la memoria de quienes asistimos a su inauguración donde subieron y bajaron músicos del escenario y que parecía estar viviendo la misma energía que esos jóvenes que generaron un movimiento cultural como fue el rock argentino y que se juntaban en la Cueva de Once. Ese día , se sembraba una semilla muy fuerte para quienes somos vecinxs de Moreno. Pasaban cosas inesperadas, por ejemplo que viniera un fin de semana de visita, Black Amaya, baterista de Pescado Rabioso y Pappo Blues, y se sentará en la batería que esa noche había en el escenario del Fek-67 Bis y se sumará con músicos locales a zapar toda la noche.
El rock se mezclaba con los tambores del candombe oriental con la presencia de YABOR Y SUS TAMBORES y las lonjas de San Telmo. Esto pasaba en ambos bares que llevó adelante Marcos Pelaitay. Muchxs aún recordaban el recital de la banda original «Negros e indígenas» en el cantobar «Una propuesta», en el año 1984.
En lo personal ese bar representó la posibilidad de poder tocar por primera vez con mí banda de rock «Normal 47«, arriba de un escenario.
Recuerdo una noche que se nos había perdido el cable del amplificador de guitarra Laney e improvisamos un cable y al enchufarlo salió desde la barra, a los gritos Marcos: «¿Están locos ustedes? ¿Me quieren quemar el rancho?». Inmediatamente nos prestó un equipo de guitarra. Luego, me invitó a trabajar con él, atendiendo las mesas mientras las bandas tocaban. Tengo el gusto de decir que fui moza del Fek-67 Bis.
Ahí, pude compartir noches eternas. Tengo presente que siempre, más o menos a las 4 de la mañana, llegaba un señor con ropa de médico y se sentaba con su trago en la barra y hablaba mucho con Marcos. Al tiempo me enteré que esa persona había sido intendente de Moreno, estoy hablando de Héctor «Chango» Ibáñez, el primer jefe comunal de Moreno al regreso de la democracia en 1983.
También, en esa barra, estaba siempre (no tan tarde) Adolfo de Simone, que un día me invitó a tocar en Zona Oeste Rock y luego me ayudó para formar una banda propia como fue Galileo. Ahí junto a su amigo extrañable, Mandrake en batería (tremendo músico que vi tocar como un mago su instrumento) Pablo Fente (que también como yo es de La Perlita y fue mozo del Fek-67 Bis) en guitarra, Lucas López en teclados, así otrxs, formaron lo que se llamó Marcos y La Flota.
Luego de que cerrara el Fek se dedicó a tocar con esa banda de música folclórica latinoamericana; y otras veces solo con su guitarra en espacios culturales y en actividades políticas relacionadas a los organismos de Derechos Humanos.
Grabó con esa banda un par de canciones en las calles de Mi Barrio, en una actividad impulsada por El Brote. Y luego Carlos Marcos Gonzalez lo impulsó a grabar canciones en un CD.
Hay mucho para seguir contando. Pero lo importante es saber que en el Fek, se sembraron amistades y sueños.
Así era todo. Simple y complejo.
Marcos Pelaitay es parte importante de la cultura de Moreno. Ese hombre que tiene apellido Huarpe, que significa «hombre de allá lejos», es una de esas personas que generó un aporte primordial para la identidad morenense y que debe ser reconocido por su comunidad.

Hoy muchxs pasan por esa vereda y no saben que ahí se sembraron sueños y realidades de muchxs artistas de Moreno.
Ojalá este texto, ayude por lo menos a que se detengan unos segundos y respiren sus duendes… su historia .




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