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EL TERRITORIO Y SU ESTADO –

Por unos minutos deja la planta alta del Hospital Mariano y Luciano de la Vega. Nos ubicamos en un lateral del área de emergencias y hablamos del hecho puntual, de los contextos, del coraje y los miedos. Cintia es madre de un joven de 16 años que está inmerso en el consumo de drogas. Grita un pedido: ayuden a salvar a mi hijo. No mientan que lo están haciendo.

«Está el papel que dice que mi hijo está internado cuando anda por la calle y ahora se encuentra internado en este Hospital».

Cuando pediste ayuda para salvar a tu hijo del consumo, ¿obtuviste una respuesta rápida?

Fui a un lugar que me recomendó una señora. Al presentarme le expliqué todo lo que ya no puedo hacer con mi hijo por el tema de la droga. Me acompañaron a realizar la denuncia a la fiscalía. De ahí me mandaron a otro lado y obtuve un papel. Una vez lo traje al Hospital y creo que fue una psicóloga la que dijo vamos a darle otra oportunidad, pero ese mismo día lo soltaron y se fue a hacer su porquería. Dos meses pasaron de lo que cuento y ahora estoy de nuevo en el Hospital con mi hijo que sufrió el ataque de un grupo de transas que casi lo mata

Es decir que aparece la escucha cuando la muerte está cerca

Sí, ahora me escuchan porque les hice quilombo…

¿Quiénes golpearon a tu pibe?

Los que venden la porquería en Catonas, cerca de la Escuela 71. Fueron cinco que golpearon a mi hijo. Fue un vecino que lo encontró tirado y lo llevó a mi casa. Llamé al patrullero y luego a la ambulancia, nunca fueron a mi domicilio. Un día después, cuando tenía mucha fiebre y hablo con Niñez, ahí recién puedo traerlo al Hospital Mariano y Luciano de la Vega. Yo estoy sola, muy sola, así la situación necesito una respuesta, una ayuda, si no la obtengo creo que un día encontraré muerto a mi hijo en la calle, y eso no lo quiero.