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EL CÍRCULO DE VIOLENCIA –

Camila Tarocco, fue desaparecida y asesinada, y su femicida, Ariel  González Báez, no es el único responsable. Olga Verón fue asesinada,  y su femicida, Víctor Olmedo Careces, no es el único culpable. Por Autoconvocadxs Moreno

Las instituciones que  avalan, sostienen y reproducen con su accionar el femicidio, todas las instituciones a nivel municipal, provincial y nacional, Mariel Fernández, las directoras de género de turno, la fiscal Luisa Pontecorvo, adorada por los narcos y la yuta, todos con nombre y apellido son responsables.
Lxs funcionarixs que forman parte y confían en los mecanismos burocráticos de las denuncias, perimetrales, mecanismos judiciales perversos, todxs desde el/la más pequeñx en el engranaje institucional, construyen las condiciones en que estos femicidios se producen.
En el proceso de Violencia que viven las jóvenes y mujeres soportan maltratos, abusos, interrogatorios de la yuta, de profesionales judiciales y todo para que al final resguarden al violento…re-victimizándolas. Lógicas de poder en las que cada unx desde su rol las someten a la estructura instituida en círculos viciosos que solo las empujan a un trágico final “no se necesita patrocinio legal” repiten en las causas de violencia de género, mientras las archivan por ausencia de movimiento.
Toda una perversión que nunca termina, ni siquiera luego del femicidio. Las instituciones no paran de trabajar en el circuito de la violencia, por eso sabemos que depositar alguna expectativa en alguna de ellas es por lo menos ingenuo. Las políticas de Estado, no están para defendernos, son más que nunca las que preparan el camino para poder someternos mejor. Nada es de extrañarnos estamos atravesadas por más de un femicidio, por las derrotas y hoy por la cuarentena, la prisión domiciliaria en las que nos tiene el Estado, a merced de las familias, los violentos, los punteros, la yuta, y ahora la infantería y las fuerzas para-estatales.

REFLEXIONES SOBRE CÓMO Y PORQUÉ ESTAMOS SALIENDO A LA CALLE

Como en toda América Latina, es hora de abrir bien los ojos, los sentidos más críticos desde los grupos de afinidad o construirlos…

El martes 14 de abril salir a reclamar por la desaparición de Camila fue un precedente importante en Moreno. A pesar de los obstáculos reales, y los temores propios y de las organizaciones, se salió a la calle a condenar socialmente lo que estaba sucediendo hace 11 días. Sin embargo tuvieron que venir organizaciones de otros distritos y eso habla un poco del contexto por demás adverso de Moreno.

Pero no obstante esto fue un antecedente que sirve de referencia. Se venció el pánico de salir con la cuarentena. En momentos críticos tenemos que juntarnos para sobrevivir sin esperar que nadie nos diga qué tenemos que hacer, accionar , llamar a amigas, a vecinas, a quien tengamos a mano pero sin dudar de nuestro sentido de supervivencia, ese instinto vital que nos permite ponernos de pie y seguir adelante por nosotras y nuestros seres queridos.

Nadie nos va a salvar, menos el Estado, menos las instituciones ni ninguna organización hermanada con lo institucional, y con el poder, sea macrista, peronista, kirchnerista o de izquierda, porque el problema no es quien nos mande sino ser mandadas.

El accionar es más importante que el discurso conciliador, que lo perfecto y el uso exacerbado de manera acrítica de la tecnología. No se puede no reconocer la legitimidad de las herramientas históricas de las mujeres de base, de las comunidades en las calles solidariamente, de los momentos en que se reconstruye un hilo de memoria, necesario e imprescindible. Pensarnos cada una en esos espacios colectivos y hacerlo en las acciones nos va a permitir sobrevivir al virus capitalista de la dominación y el sometimiento.

No es negociando que vamos a salir, porque ahora está más que claro que no existe el Estado de Derecho, no hay alternativa para zafar sola, la barbarie nos escupe en las caras: más yuta en las calles, más Estado de control y Estado penal.

LUCHAR TIENE RIESGOS

Salir a la lucha a enfrentar el sistema siempre ha tenido un riesgo: la represión, que nos armen causa, que nos detengan… No debemos olvidar que nada se ha conseguido sin correr esos riesgos. Y hoy en día, en medio de este avance tremendo del sometimiento y de la militarización, los riesgos se potencian. Pero el riesgo de no hacerlo, de no salir, es mucho mayor. Estamos encerradxs, divididxs, a merced de que aún en tu casa, por escribir la palabra ‘saqueo’ te caiga la yuta y te detengan. O, al amparo de la cuarentena obligatoria, un hijo de yuta te estrangule hasta matarte, como a Olga Verón, en Cuartel V.

Salir del estado de cierto confort de un sector que aún lo disfruta es urgente, porque si no lo hacemos a nuestra manera nos van a imponer a palos las condiciones que quieran. El diálogo con el enemigo no es posible…no hay espacio para seguir buscando alternativas mediocres xq el sistema ya se sacó todas sus caretas, democracia o dictadura nunca fueron excluyentes.

El ser cada vez más conciliador con el poder en estos momentos nos pone en una línea muy débil entre la vida y la muerte, al no poder reaccionar a tiempo, por pánico, por dominacion de los cuerpos ya que estamos acostumbradas todas, de una o de otra manera, a que nos digan qué tenemos que hacer y cómo.

LA IMPORTANCIA DE ACTUAR EN ESTOS MOMENTOS DIFÍCILES

Nadie tiene la receta, estamos desorientadas, pero no todas lo admiten.  El día 4 DE ABRIL ya había que generar acciones y si nadie las promovía desde las organizaciones de mujeres o de donde carajo fuera, había que salir a escrachar, a demandar como sea….en este sentido mucho para aprender, como en todo proceso, pero poco tiempo real para los sectores más explotados sin sueldos cómodos, ni siquiera para subsistir en cuarentena, y que viven hace rato en la inmediatez de todos los riesgos de vida. En la pasividad no es posible entender nada, solo actuando en la realidad se aprende.

Todo esto se sostiene porque nosotrxs no juntamos nuestras fuerzas en derribar estas malditas pirámides de poder, sea a través de huelgas, de acciones colectivas, de revueltas. Quienes ponen a rodar el mundo somos nosotrxs: las mujeres, lxs trabajadorxs, lxs precarizadxs, los pueblos originarios.

Nuestras fuerzas, nuestra potencia real está ahí justo en las calles, en Chile en Guatemala, con lxs mapuche, los wichis, los qom, con lxs que recuperan tierras de manos del extractivismo, megamineria, agronegocios…
La humanidad está más que nunca entre la vida y la muerte, entre el capitalismo o la revolución, la resignación o la rebelión.

No necesitamos pedir permiso para ser libres. Las resistencias activas son cada vez más nuestro punto de partida, solo eso. Ya no podemos seguir poniendo los cuerpos, las derrotas abruman, los femicidios, las guerras no empezaron con el COVID y vienen por más. Que este virus exista es consecuencia del Capital que promueve muertes calculadas, busca el exterminio racionado mediante el sometimiento y el saqueo.

Está claro que, como siempre, las muertes las ponemos nosotrxs… ¿Hasta cuándo?

“Las ruinas no nos dan miedo. Sabemos que no vamos a heredar más que ruinas, porque la burguesía tratará de arruinar el mundo en la última fase de su historia. Pero a nosotros no nos dan miedo las ruinas porque llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones. Y ese mundo está creciendo en este instante.”, B. Durruti.

Que se vaya de madre todo.

Autonomía, Autodefensa y Lucha.