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Las especulaciones no terminan cuando quedan confirmadas las tesis. Ayer el actual diputado nacional Máximo Kirchner ofreció un manual de conducción política con centro en lo puro, ergo años dorados, con un basta a los Scioli, que en honor a las buenas conjeturas, se traslada a los Alberto y Sergio, un SÍ a los Wado. Más que una crítica a su madre, la conductora sin oponentes que tiene la mayor fuerza electoral del campo popular, el acto de Máximo ratificó que en el territorio elegido para dar «la madre de todos las batallas», hay una nueva música y no es la que propuso Kicillof, un hombre elegido por Cristina. Así fue entonado el cántico antes de la ponencia magistral del hijo de la ex Presidenta: «Si querés canciones nuevas, te presto las mías”.

El acto de relanzamiento y ratificación que el kirchnerismo tiene poder, militancia y fuego, fue acompañado por Intendentes /as, pero además por protagonistas de un movimiento social devenido en estructura de poder y gobierno como el Evita.


El sábado pasado Máximo Kirchner caminó las calles de Moreno, Cuartel V, con Mariel.


Una semana después Mariel está en La Plata, en el palco de autoridades que aplaudió un discurso sin desperdicio que «llama a armar de abajo, en cada barrio y territorio, porque elegir desde arriba fracasó», concepto que es música para los oídos atentos de La Capitana de Moreno. En sus redes colgó un posteo medido, probablemente estudiado, para no abonar más peso a la subgrieta en Unión por la Patria, para no disparar críticas al señor gobernador:

«Acompañamos al compañero Máximo Kirchner en el Club Atenas de La Plata. En un contexto en el que están saqueando a nuestro pueblo mientras pasa hambre, tenemos la tarea de trabajar desde el ahora, barrio a barrio, para reencontrarnos, organizarnos y construir una esperanza desde abajo y armar un futuro mejor», escribió Mariel.

En una síntesis carente de especulaciones, la puesta en escena de ayer habla de 2025, recordando los años dorados de Néstor y Cristina, una corriente nacional que tiene energía propia, alimentada por CFK que no tiene competidores y juega al máximo. El poder no se regala, los espacios de poder se ocupan, las listas se arman.