Espacio Publicitario

publicidad
publicidad
publicidad

Jorge Domínguez es víctima de un larguísimo trámite de violencia institucional. Fue soldado ante el combate inesperado del COVID, un enemigo invisible. Con su experiencia de enfermería viajó al sur de nuestro país y contrajo la enfermedad. Envió cartas a las autoridades nacionales, gestión Alberto Fernández, para que se reconozcan las consecuencias que dejó el coronavirus en su cuerpo mientras daba su vida. El Municipio de Moreno lo asistió con mochilas de oxígeno cuando ya no tenía aire. Como un sobreviviente a los «abandonos» avanzó y, una vez más, regresó a la pelea por sus derechos. Con un cuadro coronario de importancia, llegó el pasado domingo al Sanatorio Oeste de Merlo (localidad donde vive) y en administración le «exigieron el pago de un bono de 6 mil pesos porque su obra social (IOMA) no cubría». Domínguez debió volver a su casa con un «infarto». En la Clínica Provincial de Merlo recibió asistencia.

«Soy trabajador de la salud y no merezco esto. Me causó dolor, llanto, angustia y bronca, y no quiero que esto le pase a ninguna persona, por eso lo hago público«, dijo Jorge Domínguez: