FUENTE INDYMEDIA –
En un allanamiento al puesto policial de Teniente Origone se secuestraron nuevos elementos, entre los que se cuenta un pedazo de piedra turmalina que podría ser parte del collar que llevaba Facundo Astudillo Castro el día de su desaparición. También se detectaron restos biológicos con luminol que fueron hisopados para analizar.
La medida había sido reclamada por la querella, pero la jueza federal María Gabriela Marrón la rechazó, provocando un gran retraso y poniendo en peligro la oportunidad de obtener más pruebas. Finalmente, meses más tarde, la dispuso la Cámara Federal de Bahía Blanca.
El operativo -del que participaron los fiscales del caso y peritos de parte, y fue presenciado por la madre de Facundo junto a letrados de la querella y de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM)- constó de varias etapas. Primero se levantaron sedimentos y evidencias. Posteriormente ingresaron los perros del entrenador Marcos Herrero, contratado por la madre de Facundo, y uno de ellos reaccionó mediante una prueba odorífica ante un colchón que se encontraba en el lugar y que había sido visto en el allanamiento anterior realizado en esa dependencia. Al caer la noche se realizó una prueba de luminol buscando restos biológicos.
“Se realizó una prueba exhaustiva que debió hacerse tiempo atrás, llevó apelaciones y una demora de cuatro meses. Sin embargo se logró el secuestro de varias evidencias”, detalló Margarita Jarque, abogada de la CPM, en declaraciones a FM de la Calle.
Entre los hallazgos se contaron “sedimentos del lugar que permitirán hacer un estudio respecto de dónde provienen y fundamentalmente una marcación de uno de los canes del perito de parte Marcos Herrero que reaccionó frente al colchón, el mismo que se encontraba desde tiempo atrás en el calabozo. Todo ha sido resguardado para su análisis y debemos esperar los resultados”, afirmó Jarque.
La abogada dijo que ese colchón “quedó secuestrado para ser analizado” y que cuando fue levantado de él cayó “un pequeño trozo de turmalina”.
Jarque recordó que la turmalina es una piedra similar a la que Facundo y varios amigos tenían en un colgante, en alusión a una cervecería que llevaba ese nombre, en la que él trabajaba.
Cabe recordar que un trozo de esa misma piedra había sido encontrado en un patrullero de la Policía Local de Bahía Blanca, el mismo móvil que el 8 de mayo —una semana después de la última vez que se vio con vida a Facundo— estuvo durante varias horas en la zona donde posteriormente se encontraron los restos del joven.
Al caer la noche, se realizó una prueba de luminol en ese mismo lugar con lo que se detectaron rastros biológicos que fueron hisopados y serán analizados.
“Se detectaron con la prueba de luminol cuatro o cinco rastros en lugares, entre ellos dentro del calabozo, en las paredes y en un caño que estaba abajo de un colchón, por lo que se hizo el respectivo hisopado”, explicó Leandro Aparicio, uno de los abogados de Cristina Castro, madre del joven. “Obviamente deberán ser sometidos a pericias”, añadió el letrado sobre las muestras levantadas anoche.
“Estamos conformes con lo que se hizo, esperamos mucho tiempo esa pericia que fue injustamente denegada”, agregó Aparicio.
El allanamiento había sido solicitado hace cuatro meses por la querella familiar y la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), sin embargo la jueza Marrón había rechazado en primera instancia la medida. Pese a la negación judicial de producir pruebas esenciales de manera rápida y eficaz de parte de la jueza y el fiscal Ulpiano Martinez, las nuevas medidas fueron también requeridas por los fiscales Andrés Heim y Horacio Azzolin designados para intervenir en la causa
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