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Funcionarios de Carlos Bevilacqua le dijeron a Javier Di Benedetto que para participar del acto por el 135° aniversario de la fundación de Villarino debía evitar hablar de la desaparición y muerte del joven de Pedro Luro. Se negó y por eso en el acto sólo pudo hablar un pastor evangélico. El apriete al cura solidario con Cristina Castro confirma el encubrimiento oficial.

“Te cuento que le prohibieron la palabra al padre Javier en los actos del aniversario de Villarino porque no accedió a no nombrar a Facu”, le dice aún incrédula Cristina Castro a La Izquierda Diario. La madre de Facundo Castro no sale de su asombro desde que Javier Di Benedetto, párroco de la iglesia Sagrado Corazón de Jesús de Médanos, le relató cómo lo apretaron desde el Municipio para que este año en su tradicional mensaje a la comunidad no mencione el caso de la desaparición seguida de muerte del joven de Pedro Luro.

Este diario conversó con el sacerdote, quien tampoco sale de su asombro e indignación por lo que le hicieron funcionarias y funcionarios de la gestión comunal que encabeza el massista Carlos Bevilacqua. La cronología de hechos que sigue parece salida de la imaginación de un mal novelista. Pero no. Son los hechos que el cura vivió, gran parte de los cuales se pueden demostrar con el mero análisis de algunos teléfonos celulares.

Aquí va el relato del padre Javier Di Benedetto, no sin antes recordar que en la causa que se tramita en el Juzgado Federal 2 de Bahía Blanca para saber qué pasó con Facundo, hay elementos que comprometen mucho a las huestes de Bevilacqua. En reiteradas oportunidades la familia de Facundo acusó al propio jefe comunal de ser encubridor directo de los criminales. Tal vez por eso no sorprenda que desde la Municipalidad se la hayan agarrado hasta con el cura del pueblo.

Antecedentes

Di Benedetto llegó a la parroquia Sagrado Corazón de Jesús de Médanos (cabecera del partido de Villarino) en marzo de 2019. Venía de Bahía Blanca, donde se crió y en cuya Iglesia Catedral pasó sus primeros años de sacerdote.

De Bahía Blanca se llevó como experiencia la participación en una “mesa ecuménica” conformada por los actores confesionales que quisieran participar. “La mesa se maneja con un protocolo que indica que cuando hay una convocatoria religiosa para participar de actos civiles debe ser de carácter ecuménico, es decir pluriconfesional, sin una religión en particular”.

En Villarino la cosa no sería así. Cuando llegó al pueblo tomó contacto con Viviana Dilje, encargada de Ceremonial y Protocolo del Municipio. La mujer le dijo que en el partido habían intentado hacer convocatorias ecuménicas, pero las otras religiones “nunca aceptaban la invitación”. En ese momento el cura confió en esa versión oficial y desde entonces comenzó a participar en actos públicos como representante de la Iglesia local, dando unas palabras relacionadas con el tema convocante. Siempre en soledad, sin compartir espacio con otros religiosos.

Compromiso con la causa de Facundo

Di Benedetto se comprometió desde el principio con Cristina Castro en su lucha por verdad y justicia. Tan es así que no dudó nunca en exclamar esa exigencia en actos y eventos públicos organizados por el propio Municipio.

Uno de esos momentos fue el 28 de julio de 2020, día en que Villarino cumplía 134 años. Bevilacqua había organizado un modesto acto en la vereda del Municipio. El país estaba en pleno ASPO y Facundo Castro llevaba 89 días desaparecido. Como en actos anteriores, Di Benedetto fue convocado a dar unas palabras.

Después de compartir una oración con las y los presentes y hacer una referencia a la pandemia, el cura hizo un pedido. “Sin justicia ni verdad no tiene lugar la paz. Como sabemos, a Villarino le falta un hijo, un hijo de nuestra tierra, no sabemos dónde está. Y es un joven. Por eso vamos a unirnos en un sincero pedido por la pronta aparición de Facundo y por la fortaleza de su familia, especialmente su mamá. Y pedimos también, de corazón, para que ninguna mezquindad personal entorpezca su búsqueda e investigación”, sentenció frente a Bevilacqua y otros funcionarios.

Di Benedetto desde 2019 participa de cada acto protocolar organizado por la intendencia, incluyendo la tradicional Fiesta del Ajo. Y según comenta a este diario, nunca le manifestaron ninguna crítica sobre alguna de sus prédicas públicas. Hasta esta semana pasada, donde todo pareció girar 180 grados.

Carpa verde

El último miércoles el pueblo cumplió 135 años y a la gestión de Bevilacqua se le ocurrió aprovechar la oportunidad para combinar la efeméride con la presentación en sociedad de su Feria Nacional de Emprendedores Verdes en la localidad de Médanos, un “quiosco” municipal barnizado de ecologismo y financiado por la Unión Europea, según la propia información oficial.

Como ya se largó la campaña electoral, los funcionarios decidieron montar una enorme carpa en el cruce de las calles San Martín y Moreno, las dos arterias principales de Médanos. Desde que la pusieron hasta que la sacaron pasó una semana en la que transitar por el lugar fue imposible.

Bavilaqcua quería convertir el acto en un resonante hecho político. Por eso invitó a los intendentes de Bahía Blanca, Coronel Rosales, Coronel Suárez, Tornquist, General Lamadrid, Carmen de Patagones, Puán y Salliqueló. También al Ministerio de Ambiente y de Desarrollo Sostenible nacional, a la Base Naval de la Armada de Puerto Belgrano y funcionarios locales y provinciales. Al acto terminaría mandando un mensaje festivo la misma vicegobernadora Verónica Magario.

En la esquina donde el Municipio instaló la carpa está la parroquia de Di Benedetto, a quien le molestó que ni siquiera le hubieran consultado sobre semejante revuelo urbanístico. Por eso cuando el lunes a la mañana Viviana Dilje le preguntó si contarían con él para el acto del miércoles. le dijo que antes de responder quería plantear que no se había tenido en cuenta a la parroquia.

La funcionaria de Ceremonial y Protocolo le prometió una respuesta. Pero lo único que recibió fueron excusas que no lo convencieron.

“Me están puenteando”

El martes 27 el cura le mandó un mensaje a Dilje confirmándole su participación en el acto del día siguiente. “Javier, convocamos a otra persona”, le respondió la funcionaria. Conocedor del protocolo de convocatoria ecuménica que se usaba en Bahía, le preguntó si su reemplazante era de religión católica (porque si era de otra religión podían compartir espacio pero si era católico era evidente que querían reemplazarlo). Dilje le clavó el visto.

Minutos después de ese cruce de mensajes, volvió a sonar el teléfono del cura. Era la “Hermana Cristina”, monja de Pedro Luro (a 85 kilómetros de Médanos), quien llamaba para preguntarle por qué no iba a estar en el acto, que la habían llamado desde el Municipio para reemplazarlo. “Discúlpeme, hermana, pero creo que me están puenteando”, dijo Di Benedetto. La monja, solidaria, rechazó la invitación.

Al mediodía de ese martes el cura decidió ir al Municipio. Tras una hora de espera en la mesa de entradas, lo atendió Diego Spinelli, secretario privado del intendente. “Disculpanos por el tema de la feria, Javier, se nos pasó avisarte”, le dijo el funcionario. El cura aceptó las disculpas y siguieron conversando, pero en ningún momento Spinelli le dijo que no lo esperaban en el acto del día siguiente. Di Benedetto se fue confiado.

El apriete

Horas después, cuando empezaba a anochecer y él estaba en la calle, lo llamó Spinelli. Javier, hablando con Carlos (Bevilacqua) dijimos que el de mañana va a ser un acto ecuménico, va participar un pastor evangélico. La idea es que sea un acto pacífico, por eso te quería pedir que evites hablar de actualidad y de Facundo Castro. Diego, ¿vos me estás diciendo lo que yo tengo que decir o no mañana? Esto es una locura, Diego, es una locura. Y encima me estás tratando de desubicado- dijo Di Benedetto enardecido.

Cuando el cura llegó a su casa faltaban horas para el acto. Estaba convocado para las 10 del miércoles. Convencido de que iba a participar, antes de irse a dormir se puso a redactar en su cuaderno las palabras que pensaba decir.

Alrededor de las 23 le llegó un mensaje de Viviana Dilje, que le decía “Javier, muchas gracias por todo pero mañana, por una cuestión de tiempo, sólo va a hablar el pastor evangélico”. Di Benedetto no tardó en marcar su número, quería escuchar en vivo y en directo lo que acababa de leer. Pero Dilje no atendió. El cura le escribió pidiéndole explicaciones, pero sólo recibió un “estoy cumpliendo mi trabajo” de parte de quien hoy es precandidata a consejera escolar de Bahía Blanca por Todos por Bahía, espacio “vecinalista” comandado por los Bevilacqua y compañía.

Desorientado, Di Benedetto le escribió a Spinelli, que le respondió “después te llamo, estoy en una reunión”. Nunca llamó. Cuando se levantó el miércoles volvió a mensajearlo. “Buen día Diego, necesito una respuesta”, le escribió. Eran las ocho y media de la mañana. El funcionario le clavó el visto, hasta hoy.

Impunes

“Después de mucho pensar tomé la decisión de ir al acto”, dice Di Benedetto a La Izquierda Diario. Y fue. Entre tantos intendentes, funcionarios, militares y policías distinguió la presencia de Nelson Maroto, pastor de la Iglesia Unión Pentecostal de Villarino. Se sorprendió cuando el locutor lo nombró a él, como parte de las personalidades presentes, aunque a quien llamó a hablar fue al pastor. Javi, ¿no vas a hablar esta vez?- le preguntaron algunos vecinos Sí, iba a hablar, pero me llamaron a las once de la noche para desactivar mi palabra- dijo el cura en voz resonante, desconcertando a varios concurrentes.

Javier Di Benedetto aún no se recupera de haber visto y oído en tan poco tiempo tantas maniobras con el sólo objetivo de no dejarlo hablar. Pensó en cómo poder expresar lo que sentía y en Facebook sólo pudo escribir “la palabra no está encadenada” junto a dos fotos de la lucha por verdad y justicia para Facundo.

Eso bastó para que los medios locales difundieran su versión de los hechos y empezara a recibir diversas muestras de solidaridad, incluyendo al bloque completo de concejales del Frente de Todos y al PJ de Villarino. ¿Qué dirán Sergio Massa y Sergio Berni, dos miembros del Frente de Todos que bancan a Bevilacqua?

Este diario le pregunta a Di Benedetto qué piensa de lo que le está pasando en estos días. “Es un acto autoritario y de violencia institucional lo que hicieron, no hacia mi persona aunque derivó en pretender impedir que yo hable”, responde. Y sentencia que “el Estado municipal pagó un precio muy caro por hacer lo que hizo”.

¿Y por qué cree que lo hicieron? “Creo que le tienen miedo a la palabra, yo no soy nada, no me pagan, no les pago, no nos debemos nada, pero se ve que le tienen mucho miedo a la palabra”, responde convencido. Y lo fundamenta en que “no era un acto común en el que iba a estar solamente la gente del pueblo. Se ve que dijeron ‘vamos a presentar un Villarino limpio, no conviene que alguien diga que Villarino está sucio por una desaparición seguida de muerte sin resolver’ delante de tantas autoridades”.

¿Será que la banda de Bevilacqua empieza a ver que tarde o temprano la lucha de Cristina Castro, sus abogados Leandro Aparicio y Luciano Peretto y miles de jóvenes que exigen juicio y castigo a los culpables empieza a dar sus frutos? En el expediente hay elementos de sobra para poner en aprietos a más de un funcionario, sea comunal o provincial, ejecutivo, judicial o de la Policía Federal. Si aún esos avances no se dan es por el boicot de la jueza María Gabriela Marrón y las trabas de otros actores estatales.