Por Matías Hof.- Arcor, Molinos y Ledesma presentaron sus resultados contables, mostrando que siguen acumulando fortunas a costa de las familias trabajadoras. Con más del 40% de la población por debajo de la línea de pobreza a causa de los bajos salarios y la suba de los precios, las grandes empresas se siguen enriqueciendo.
Este jueves el Indec dará a conocer el índice de inflación de julio que se espera sea cercano al 3 %, casi alcanzando en el séptimo mes al 29 % que Martín Guzmán había proyectado para todo el año en el presupuesto 2021. Uno de los principales factores del aumento de la inflación son los alimentos y bebidas, cuyos precios vienen creciendo por encima del promedio; haciendo cada vez más difícil a las familias trabajadoras llegar a fin de mes. Al mismo tiempo las grandes empresas del sector, favorecidas por las políticas del Gobierno, vienen acumulando grandes ganancias.
El Grupo Arcor declaró que entre enero y junio de este año registró ventas por $ 119.796,6 millones, con un resultado final de ganancias por $ 8.806,6 millones. Así, la compañía de Luis Pagani sigue obteniendo grandes beneficios en medio de la crisis social, cerró el primer semestre del año con un alza de 10,3% en sus ventas en pesos, gracias a la «recuperación de los volúmenes de ventas de los negocios en el exterior», informó la empresa.
El Gobierno no sólo sigue permitiendo a los Pagani acumular fortunas a costa de las millones de familias que compran sus productos, la misma corporación afirma que las políticas en relación al dólar del Frente de Todos jugaron a su favor: “En relación con el resultado final alcanzado, cabe mencionar que el mismo se ha visto favorecido por una reducción del cargo en los resultados financieros, generada principalmente por la apreciación en términos reales de la moneda en Argentina” comunicaron.
También Molinos Río de la Plata obtuvo una alta rentabilidad, la alimenticia del grupo Perez Companc, ganó $ 998 millones en el primer semestre de este año. Así superó los $ 912,7 millones que había registrado en el mismo periodo de 2020.
Ledesma, el monopolio agroindustrial de la familia Blaquier, difundió los resultados de su año fiscal, que cerró el 31 de mayo. Registró un beneficio neto de $ 5,2 millones. Había presentado pérdidas por tres años consecutivos en 2017, 2018 y 2019. La firma que hizo grandes negocios durante la última dictadura militar, aprovechó la pandemia para volver a obtener ganancias.
El dueño de la cadena mayorista Maxiconsumo y de las alimenticias Molto y Marolio, Victor Fera, ya había realizado declaraciones optimistas sobre la posibilidad de hacer ganancias en el sector. «Invertir en Argentina es muy barato hoy», manifestó Fera, quien luego indicó que el país posee «mejores precios que cualquier parte del mundo» para la exportación.
A diferencia de los empresarios, la gran mayoría de la población está sufriendo una de las peores crisis de las últimas décadas. Según los datos del Indec para el primer trimestre del año la pobreza subió del 34,6 % en el primer trimestre del 2020 al 39,5 % en el mismo período de este año. Hubo un salto de la indigencia, aquellos que para el organismo oficial no pueden garantizarse una alimentación mínima, del 8,6 % al 11,2 % en el primer trimestre. Hay en todo el país 5,1 millones de indigentes mientras que hace un año eran 3,9 millones.
Una de las causas centrales de esta crisis social es el aumento de los precios de los alimentos, la inflación interanual de junio fue del 50,2 % y de los alimentos y bebidas de 53,2 %. La inflación de los sectores más pobres fue del 57,6 %, debido al aumento de la canasta básica alimentaria del Indec; son 7,4 puntos por encima de la inflación promedio.
Si bien algunas empresas que cotizan en bolsa publican algunos de sus resultados contables, la mayoría de la información se encuentra guardada bajo secreto para no dejar expuesto el origen de sus riquezas. Para terminar con la suba de los precios de los alimentos que provocan el crecimiento de la pobreza y de la indigencia, es fundamental la apertura de los libros contables para permitir el control de los mismos por parte de los trabajadores. Es urgente invertir las prioridades las ganancias de los empresarios no deberían estar por encima de las condiciones de vida de las familias trabajadoras.
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