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CONTRA LA REPRESIÓN ESTATAL –

El domingo 16 de septiembre en la plaza del barrio Alem, se realizó un festival cultural y dos murales por Víctor Damián Ávila y Christian Núñez, fusilados por la espalda el 7 de noviembre de 2014 en Cuartel V por el prefecto Raúl Bonifacio Guerrero.

La jornada fue intensa, llenas de emociones y de ejemplo, lucha y organización. El próximo año se iniciará en el Tribunal Oral N° 3 de Mercedes el juicio por el asesinato de los jóvenes.

Desde muy temprano, los vecinos y vecinas del barrio de Cuartel V, pudieron leer en mano el volante que explicaba los motivos de esta jornada de lucha y memoria activa: “El “Chino” y “Marote” (como los conocían todxs), fueron fusilados por la espalda en la madrugada del 7 de noviembre de 2014 en la esquina de Granaderos y Fray Luis de León, en el Barrio Alem, Cuartel V, Moreno. Quien disparó fue el prefecto Raúl Bonifacio Guerrero. Tenían 25 y 21 años. El rango de edades que configura más del 50% de las más de 5000 víctimas del aparato represivo estatal en democracia. Fieles compañeros en la cotidianidad por andar las calles, la amistad y la pasión por el fútbol, no hacían distinción de camisetas ni de colores. Víctor era ferviente xeneize, y Christian, fanático millonario. Esa diferencia no evitó que, justamente, en aquella madrugada fatal, se encontraran celebrando que River y Boca habían superado la noche anterior los cuartos de final de la Copa Sudamericana y que, en pocos días, jugarían enfrentados la semifinal del torneo. Esa distinción que ellos nunca hicieron, que sí hizo el Estado al empuñar el arma reglamentaria del prefecto asesino y que gatilló sin problema contra sus vidas y sueños, tampoco la hizo el barrio. Más de la mitad de lxs vecinxs no le hicieron el juego a la “versión de verdad” de Bonifacio Guerrero, que fue acompañada por la Comisaría 4ta de Cuartel V, que intervino en la pericia (avalada por mucho tiempo desde la UFI Nro. 1 de Moreno). Fruto de no seguirle el juego a la “versión oficial”, se organizaron entre las familias para denunciar el caso y exigir justicia. Sus amigxs siempre los mantuvieron vivos en su memoria, construyeron un santuario y eternizaron sus nombres en las paredes del barrio. No eran simplemente Víctor y Christian. Para todxs, siempre fueron Chino y Marote”.

El texto apuntaló el largo transitar de la familia Ávila, para revertir el argumento represivo: “Durante 4 años de perseverante lucha, la causa fue mutando como también lo hicieron los personajes del aparato judicial que tomaron la investigación. De transitar el desarchivo de la causa hasta apelar la versión de la “legítima defensa” cuando se investigaba el supuesto “intento de robo”, hasta lograr que se cambiara de fiscal (María Gabriela Urrutia, conocida colaboracionista en el armado de causas y perpetuadora de la impunidad en causas de gatillo fácil) para arrebatar, por fin, una indagatoria realizada en mayo de este año en la UFI Nro. 8. Allí pudimos, por primera vez, ponerle rostro al asesino que intentó pasar desapercibido ante la familia, vistiendo cínicamente un conjunto deportivo y una visera, como si fuera un pibe más de barrio. Desde entonces, pasamos a la gran noticia de que la causa se elevará a juicio oral para el próximo año. Raúl Bonifacio Guerrero, (que no estuvo un solo día detenido y que en todo este tiempo siguió en funciones, protegido por Prefectura que, para evitar que fuese notificado del proceso judicial, lo envío al sur a «prestar servicios»), estará sentado por fin en el banquillo de los acusados.Una vez más, el Tribunal Oral Nro. 3 de Mercedes, nos encontrará movilizadxs junto a las familias de los chicos, a sus amigxs y a las organizaciones de Cuartel V, para demostrar que sólo la lucha independiente y la organización consecuente pueden torcer el rumbo que se pretende legitimar desde todas las esferas estatales. En tiempos donde el gatillo fácil se promueve abiertamente como política de estado, es imperante profundizar nuestra presencia en cada plaza, barrio y calle para seguir gritando: ¡Chino y Marote presentes! “

En diálogo con Desalambrar, JoaquÍn, integrante de la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI), remarcó la importancia de la jornada: “Hoy realizamos una actividad que significa mucho para el barrio, porque pudimos visibilizar en un acto el caso de los chicos y reivindicar sus nombres. Es una síntesis provisoria en el sentido que hace 4 años que se quería hacer una actividad grande, con convocatoria y participación de organizaciones y artistas del territorio para exigir justicia por el Chino y Marote. Hoy se pudo visibilizar el caso, pero también decir con nombre y apellido a Raúl Bonifacio Guerrero para que los vecinos y vecinas sepan quién mató a los jóvenes y conozcan el rostro del asesino”.

Esta jornada también sirvió para anunciar que el año que viene el inicio del juicio en Mercedes ¿cómo se están preparando para esa instancia?

Nos esperan arduas jornadas de lucha y por eso hay que convocar a todos los actores del territorio, principalmente de Cuartel V para poder mostrar que solo con la lucha organizada podemos condenar a los represores que asesinan a nuestros pibes.